Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

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14 de agosto de 2015

Oportunidades y desafíos de la extracción de carbón en Colombia

La extracción de carbón se inscribe con letras mayúsculas dentro de la historia contemporánea de Colombia. Su importancia para la economía nacional, la diversidad asociada a su explotación, las dinámicas locales con las que se relaciona y los retos que enfrenta ameritan su inclusión en el marco de los dosieres que ha propuesto la revista Zero sobre el sector minero-energético.  

En efecto, Colombia ocupa el cuarto lugar como exportador de carbón térmico en el mundo. Desde la década de los ochenta, cuando se inicia la explotación a gran escala de este mineral, las exportaciones pasan de menos de 5 millones de toneladas anuales en 1986 a casi 80 millones de toneladas en el 2011 (Vergara, 2005, p. 192, y MME-UPME, 2012, p. 7). En ese último año, de hecho, el carbón llega a ocupar el segundo renglón de la canasta exportadora del país; adicionalmente, la actividad carbonífera es fuente importante de ingresos fiscales. Entre 2004 y 2009, impulsadas por el carbón, las regalías del sector minero crecieron en 545 % al pasar de $280 millones a $1.527 millones (Melo, 2010); en 2013 alcanzaron los $1.353 millones. A ello se suman los impuestos que se generan en los ámbitos municipal, departamental y nacional. Este posicionamiento ha sido posible en buena medida gracias a los altos precios del mineral durante la última década. En el 2012 superaron los US$120 por tonelada.

Actualmente, la caída generalizada de los precios de los commodities, en particular del carbón, que a 2015 mantiene unos precios base de entre US$45 y US$40 por tonelada  (Mariño, 2015), plantea retos para la sostenibilidad del sector. De acuerdo con Santiago Ángel, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), la producción de carbón ya está muy por debajo de la meta de 124 millones de toneladas que había planteado el gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo anterior (Mariño, 2015). A pesar de esta coyuntura, su importancia sigue siendo mayor para la economía colombiana, en especial  para la de las regiones donde se extrae el carbón.

Con el presente dosier se busca, entonces, plantear algunas reflexiones en torno a la evolución del sector carbonífero colombiano, partiendo también de las diferencias regionales y de los múltiples retos y oportunidades que implica para el territorio. Por un lado, el artículo de Jaime Arias brinda una mirada histórica de la explotación de carbón en Colombia. Nos cuenta cómo ésta cumplió un papel fundamental en los procesos de industrialización y modernización del país a principios del siglo XX, cuando la explotación de carbón se encontraba concentrada sobre todo en el centro del país. Hacia finales de siglo, el auge de la minería a gran escala, desarrollada principalmente en La Guajira y en el Cesar con fines de exportación, transforma no sólo los métodos de explotación sino los usos del mineral, inaugurando una nueva etapa.

Estas divergencias regionales, que se mantienen en la actualidad, se abordan en la entrevista hecha a Carlos Franco, funcionario de la empresa Cerrejón en La Guajira, y en el artículo de Rodrigo Higuera, que aborda el problema de la minería de carbón en Boyacá. El conocimiento de estas dos realidades es clave para entender los desafíos que representan.

Efectivamente, la gran minería ha impulsado la economía regional de la Costa Atlántica; por ejemplo, en La Guajira contribuye con más del 60 % del PIB departamental (Rudas, 2013, p. 9). No obstante, esto ha implicado el desplazamiento de otros sectores productivos y elevados niveles de dependencia respecto de la actividad minera, que ante coyunturas de precios bajos como la actual, plantean serias dificultades. A ello se suman otra serie de paradojas. Por un lado, la generación de regalías para los municipios y departamentos productores no se ha traducido en los niveles de desarrollo y calidad de vida esperados. Por otro lado, a pesar de que la explotación la hacen grandes empresas, en buena medida multinacionales, que se precian de cumplir con estándares internacionales de gestión ambiental, los cuestionamientos de las comunidades locales derivados de los impactos percibidos son múltiples. La suspensión preventiva de actividades de embarque de carbón impuesta por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) a la empresa Drummond como consecuencia del derrame de carbón en la bahía de Santa Marta, en 2013, dejó en evidencia las debilidades en el cumplimiento de las normas por parte de algunas empresas y en el seguimiento por parte de las autoridades ambientales; la reacción de éstas ha sido producto del escándalo mediático que causó el derrame y no de sus sistemas de monitoreo. Por último, el recrudecimiento de fenómenos de violencia, conflicto armado y violación de derechos humanos en zonas de extracción de carbón a gran escala plantea un debate sobre el papel que desempeñan las empresas en dichos territorios. Esta discusión se ahonda en la reseña que Felipe Campo hace del informe realizado por la ONG Pax para este dosier.

Aunque esta minería de carbón térmico de La Guajira y el Cesar es la más importante en términos porcentuales, ya que representa aproximadamente el 90 % de la producción total del país desde 2004 (MME-UPME, 2012, p. 48), la explotación carbonífera, en buena medida de carbón metalúrgico o término destinado al mercado interno, es clave para ciertas zonas de otros departamentos, especialmente de Boyacá, Cundinamarca y Norte de Santander. Con excepción de las actividades de la empresa Minas Paz del Río, las características de esta minería y los retos que enfrenta difieren de los de la Costa Atlántica. La actividad de mediana y pequeña escala, a menudo desarrollada en forma artesanal o con bajos niveles de tecnificación, es fuente de empleo de muchas familias pero carece a veces de los títulos legales, licencias ambientales, requisitos laborales, etc., para llevarla a cabo.

Los esfuerzos por abordar los desafíos de la extracción de carbón son múltiples. Desde iniciativas en pro de la formalización minera impulsados por el Estado, y en algunos casos en alianza con grandes empresas como Minas Paz del Río en Boyacá, hasta proyectos de las mismas comunidades en busca de opciones de desarrollo, como la que presenta Sergio Pérez en su artículo para este dosier. Con todo, la mayor dificultad que enfrenta ahora el sector es la coyuntura de precios bajos, que no sólo reduce los márgenes del negocio y de las rentas para el Estado sino también los recursos destinados a estos proyectos de responsabilidad social.

El momento es adecuado, sin embargo, para pensar en la sostenibilidad de la apuesta que ha hecho el país por la locomotora minero-energética. En el mundo del carbón, esto implica definir si existen otras posibilidades para su aprovechamiento en el país, compatibles con los objetivos nacionales e internacionales para combatir el cambio climático. La matriz energética colombiana es poco intensiva en carbón, por lo que no sería razonable en principio promover un mayor uso de este mineral, además de los altos costos que ello implica. No obstante, como estrategia de generación de rentas en el caso de la gran minería o como alternativa de empleo para numerosas familias en el centro del país puede ser una apuesta interesante, en el supuesto de que su puesta en marcha se haría con los más estrictos estándares sociales, ambientales y laborales, y de manera planeada en pro del desarrollo del territorio. Las reflexiones que se plantean desde los artículos que forman parte de este dosier deberían contribuir a esta discusión.


 

Referencias

  • Mariño. L. (2 de febrero de 2015). Precio del carbón vaticina posible crisis minera. La República. Recuperado de http://www.larepublica.co/precio-del-carbón-vaticina-posible-crisis-minera_215256.
  • Melo, C. (2010). Regalías del carbón crecieron más del 500 %: DANE. Noticia Terra. Recuperado de http://noticias.terra.com.co/mineria/regalias-del-carbon-crecieron-mas-del-500-dane,a2e784f0cc60f210VgnVCM10000098f154d0RCRD.html.
  • Ministerio de Minas y Energía – Unidad de Producción Minero Energética (s.f.). Cadena del carbón. Recuperado de http://www.simco.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ghcA7YSxZko=.
  • PNUD (2011). Informe de Desarrollo Humano.
  • PNUD (2011). Fundación del Área Andina, Fundación Grupo Energía de Bogotá. Informe de Estado de avance de los objetivos de desarrollo del milenio. Estado de avance 2011. Recuperado de http://www.pnud.org.co/2012/odm2012/odm_cesar.pdf.
  • Rudas, G. (diciembre de 2013). Notas sobre el estado de la minería de carbón a gran escala en Colombia. Foro Nacional Ambiental. Bogotá, D.C.
  • Vergara, O. (2005). Minería y dinámicas regionales. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.

[1] La autora agradece la contribución para este artículo de Ana Catalina Suárez, egresada de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales.


 

Ana Carolina González

 

 

 

 

Ana Carolina González Espinosa
Ph.D. en Ciencia Política
Coordinadora de la Línea de Investigación en Recursos Minero-Energéticos
Observatorio de Políticas, Ejecución y Resultados de la Administración Pública (Opera) (CIPE)
ana.gonzalez@uexternado.edu.co

Zero Impresa Edición 33
Segundo semestre de 2014
ISSN electrónico: 2344-8431
ISSN impreso: 2344-8431

 

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