A finales de 2013 la autora visitó Nueva Delhi con el fin de vincularse a un voluntariado social en una ONG que trabaja en educación con niños de escasos recursos. Durante sus dos meses de estadía conoció algunas zonas rurales y urbanas del país, y fue testigo tanto de su […]
A finales de 2013 la autora visitó Nueva Delhi con el fin de vincularse a un voluntariado social en una ONG que trabaja en educación con niños de escasos recursos. Durante sus dos meses de estadía conoció algunas zonas rurales y urbanas del país, y fue testigo tanto de su contaminación hídrica como de la deficiencia general en la prestación del servicio de agua potable. En el siguiente artículo se presentan las reflexiones y la investigación a que dio lugar su paso por la India.
Atendiendo a los tratados internacionales, el derecho al agua en Occidente se concibe como parte integral del derecho a la salud (United Nations Human Rights, 2011). Es más, en 1988 el Tribunal Supremo de la India dictaminó que el derecho a la vida era un derecho fundamental, en virtud del artículo 21 de la Constitución, e incluía el derecho a disponer de agua no contaminada para el pleno disfrute de la vida1. El hecho de que gran parte de la población india tenga que enfrentarse a serias dificultades para acceder al recurso prueba que el país incumple los tratados y vulnera los derechos de su gente. Frente a este problema, en el presente artículo se tratarán de exponer las principales razones que explican por qué India no cumple a cabalidad con estos tratados.
El sistema de recursos de agua superficial en la India se compone de veinte grandes cuencas fluviales de alrededor de 1.869 km3, pero debido a las limitaciones topográficas y a las variaciones espaciotemporales de los recursos, se estima que sólo se pueden usar 1.123 km3 (690 km3 de agua de la superficie y 433 km3 de agua subterránea). Siete ríos y sus afluentes alimentan dichas cuencas fluviales, trece de las cuales comprenden un área de captación de 2,6 millones de kilómetros cuadrados. Estas trece principales cuencas fluviales están distribuidas aproximadamente en el 81 % de la zona geográfica del país (IDFC, 2011).
Hay, sin embargo, desafíos importantes en cuanto a la disponibilidad de agua, pues dependen de las precipitaciones para garantizar el abastecimiento. Tales precipitaciones son estacionales, se presentan principalmente durante la temporada del monzón, que dura de cuatro a cinco meses (junio a septiembre/octubre), sin que sean regulares a lo largo del territorio. El cambio climático y la variación de las lluvias en todo el país hacen que la disponibilidad del líquido varíe constantemente (IDFC, 2011).
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la disponibilidad per cápita de menos de 2.000 m3 por año se define como una condición de estrés hídrico y la disponibilidad per cápita inferior a 1.000 m3 por año se denomina «condición de escasez de agua». En el caso de la India, el aumento de su densidad poblacional durante el periodo 1951-20102 ha llevado a que la disponibilidad per cápita de agua en el país en su conjunto disminuyera de 5.177 m3 por año en 1951 a 1.588 m3 por año en 2010 (CWC, 2010). Esto significa que la India se encuentra en un estado de estrés hídrico.
1. Esta declaración del Tribunal Supremo se debe a que en diciembre de 1984, más de 7.000 personas murieron en cuestión de días a consecuencia de un escape de gases tóxicos en una fábrica de productos químicos en Bhopal (India). Desde entonces, la exposición de las fuentes hídricas a los productos tóxicos ha causado la muerte de otros 15.000 individuos, así como enfermedades crónicas y debilitantes a miles de personas.
2. Hoy en día, la India es la segunda nación más poblada del mundo con 1.257.476.000 habitantes, sólo superada por los 1.357.379.000 habitantes con los que cuenta la República Popular de China. Además, se calcula que para 2030, o incluso antes, India pasaría a ser el país con más población en el mundo, superando a China.
La principal causa de la escasez de este importante recurso es el uso ineficiente que se le da. La agricultura consume el 85 % del agua en el país, seguida de las industrias con un 9 % y los usuarios domésticos con un 6 % (2010). En el caso de los agricultores, hay un uso inadecuado del agua en el riego. Si bien es cierto que el gobierno logró notables avances tecnológicos en materia agrícola que han favorecido el incremento de la productividad del sector, la sobreexplotación de los recursos hídricos y una creciente degradación de las tierras cultivables impiden un equilibrio en el manejo del recurso. La India ha sido superada por países como China y Japón en productividad por m3 de agua. El problema es que no hay un enfoque hacia el desarrollo sostenible, lo que eventualmente podría conducir a India y a varios países con sobrexplotación de agua a una situación de desabastecimiento hídrico.
En cuanto a las industrias —especialmente las químicas y las mineras— y a la población —sobre todo la más marginada—, no existe una conciencia medioambiental de cuidado del agua; ambos son agentes que contribuyen a la contaminación, producto de la falta de saneamiento, de la eliminación inadecuada de desechos domésticos e industriales, deficientes medidas de protección a las fuentes, mal manejo de pozos de aguas residuales, uso inadecuado de tanques sépticos, así como presencia de detergentes y excretas humanas y animales (Journal of Water Resource and Protection, 2011).
Ante la escasez de recursos fluviales, las aguas subterráneas se han convertido en una importante fuente hídrica para el país. De hecho, India es la nación con mayores áreas de uso de agua subterránea, seguida de China. El empleo de esta fuente hídrica en actividades agrícolas ha aumentado en un 500 % desde 1960. Sin embargo, hay un uso ineficiente de estos recursos, y en consecuencia contaminan y explotan en forma insostenible (Global Water Partnership, 2013). En gran medida se debe a los subsidios eléctricos para el riego con pozos.
Desde los años setenta, muchos gobiernos estatales ofrecían subsidios, algunos incluso abasteciendo de energía eléctrica gratuita a algunos agricultores, procurando alcanzar la seguridad alimentaria. En las áreas con electrificación rural3, los subsidios —y en algunos casos la dotación de agua y electricidad gratuita— otorgados por el gobierno se convirtieron en incentivos perversos que produjeron la generalización de un rápido declive de las aguas subterráneas. La progresiva eliminación de tales subsidios es necesaria para hacer sostenible el riego, así como para evitar colapsos técnicos y financieros de los servicios públicos de electricidad, pues dado que los agricultores reciben dichos servicios gratis o a un bajo costo, no tienen ningún incentivo para cuidarlos y hacer un uso eficiente de éstos (Circle of Blue, 2013).
3. El sector agrícola representa el 19 % del consumo de electricidad de la India. La mayor parte se usa para el funcionamiento de veinte millones de bombas que extraen el agua de las profundidades de la tierra.
Otra de las principales causas de estos fenómenos de contaminación y escasez son los altos niveles de migración de la población rural hacia zonas urbanas, debido a que es en las ciudades donde se está produciendo, fundamentalmente, el crecimiento industrial y económico de la India. Esta situación ha supuesto un gran reto para las administraciones locales en cuanto a cobertura de servicios públicos se refiere. Muchos de los migrantes construyen sus viviendas en invasiones o en algunos casos en el espacio público, lo que dificulta tender redes de acueducto y alcantarillado.
La situación es preocupante. Si no se toman medidas para solucionar los problemas de contaminación y uso ineficiente de los recursos hídricos, se podría desencadenar una crisis hídrica y alimentaria en el país a corto plazo. El calentamiento global y los conflictos que la India tiene con algunos de sus vecinos con los que comparte cuencas fluviales podrían ser un detonador de la crisis. Si se considera que este problema no sólo concierne a la India sino que atañe a la región en general, la cooperación por medio de mecanismos multilaterales puede fomentar acuerdos entre los gobiernos de la zona que les permita atacar conjuntamente el problema y así evitar potenciales conflictos, particularmente con naciones fronterizas que comparten ríos con la India, como China, Bangladesh, Nepal y Pakistán.
Los ríos transfronterizos podrían ser el centro de las tensiones internacionales y se aumentaría el riesgo de un conflicto militar, pues los países situados río arriba podrían manipular las cuencas ribereñas compartidas para perjudicar a los situados río abajo. De hecho, se especula que en el futuro el recurso más preciado ya no será el petróleo sino el agua, denominada «el oro azul» por su importancia para la sobrevivencia humana. A diferencia del petróleo, el oro, el acero y otros recursos que tradicionalmente han sido sinónimo de riqueza y que han sido codiciados por las naciones, el agua es un recurso vital para todos; además, si se tiene en cuenta que para cultivar alimentos es necesario el uso del agua, de no tomarse medidas que propugnen su cuidado —no sólo en la India sino en todo el mundo—, se estaría poniendo en riesgo tanto la seguridad hídrica como la seguridad alimentaria.
Posibles soluciones
Las soluciones planteadas por el gobierno indio se han centrado en el aumento de la oferta mediante la construcción de infraestructura: interconexión de los ríos, desalinización de aguas y recarga artificial de aguas subterráneas. No obstante, algunas de éstas, fuera de tener un impacto ecológico adverso, también son costosas. Por esto se deben proponer soluciones que tiendan a disminuir la demanda por medio de mecanismos que busquen un uso eficiente del agua.
Sin embargo, hacen falta incentivos y sistemas regulatorios. Es importante que se mejoren los medios de aprovechamiento, retención y utilización de agua, ya que actualmente son ineficientes; esto incluye infraestructura para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua de la superficie, estructuras de recarga de aguas subterráneas, estructuras de captación de agua de lluvia, tratamiento de aguas residuales y la modernización de sistemas de abastecimiento de agua para minimizar las pérdidas en su transporte (IDFC, 2011). El problema en India no es la falta de recursos monetarios sino la alta corrupción del país, que no permite que los recursos destinados a incrementar la cobertura de agua potable y las condiciones sanitarias se ejecuten adecuadamente4.
4. Según Transparencia Internacional, en 2013 India obtuvo un puntaje de 36 en un rango entre 0 y 100, donde 0 representa el grado más alto de corrupción y 100 el más bajo. En el ranking mundial está en el puesto 94 entre 177 países evaluados por esta ONG.
El gobierno indio ha hecho grandes inversiones en saneamiento rural, desde mediados de la década de los ochenta, por intermedio de iniciativas como el programa emblemático Campaña de Saneamiento Total (TSC, por su sigla en inglés) y la Política Nacional de Saneamiento Urbano (NUSP, 2008). Ha habido avances en materia de limpieza y descontaminación de ríos, se ha aumentado la cobertura de servicios de saneamiento básico y se han tratado aguas residuales, como resultado de una mayor inversión por parte del gobierno en la creación de infraestructura y de sistemas de mantenimiento. Lo anterior ha llevado a que cada vez más un número significativo de personas tengan acceso a agua potable. En efecto, India y China representan casi la mitad del progreso mundial en materia de acceso al precioso líquido5, con una población que sumada representa el 46 % de la población de los países en vías de desarrollo (Unicef, 2012). Con todo, todavía falta mucho por hacer, pues si bien ha habido avances, aún gran parte de la población, en especial la localizada en zonas rurales y marginadas, no tiene cobertura de agua potable y vive en condiciones de sanidad paupérrimas.
Aunque una de las propuestas de mayor impacto es reciclar las aguas residuales6, no ha sido suficiente debido a la escasa capacidad financiera de algunos municipios. Es indispensable crear incentivos para que el sector privado invierta en estas nuevas tecnologías, en la modernización de la red de tuberías para la recolección de aguas y en la construcción de las plantas de tratamiento. Es clave que el sistema sea eficiente y genere beneficios al empresario, pero no ha habido voluntad política al respecto, puesto que algunos municipios se han mostrado reacios a renunciar a los ingresos fiscales que reciben del suministro de agua industrial, los cuales son mayores que el servicio de agua urbano (IDFC, 2011).
Así mismo, hay que poner en marcha campañas educativas que sistemáticamente creen conciencia en la población y en las industrias sobre la importancia del agua en la vida cotidiana y en el desarrollo económico del país; no obstante, para que esta política y las mencionadas con anterioridad sean exitosas se requiere que haya cooperación interinstitucional y se trabaje de la mano con el sector privado para hacer un uso eficiente del recurso y garantizar así la seguridad alimentaria, energética7 y económica de la nación.
Resulta indispensable también implementar medidas punitivas, como multas o cierre de industrias que contaminen las fuentes hídricas, al igual que incentivar las prácticas ambientalmente amigables a través de concesiones fiscales a aquellas empresas que demuestren ser innovadoras en la utilización de energías limpias y tengan prácticas ecológicamente sostenibles. Los mecanismos de calificaciones verdes también son una opción que sirve para evaluar el compromiso de las industrias al respecto.
En suma, la India enfrenta un gran reto en cuanto a acceso a agua potable se refiere. Esto se debe al crecimiento demográfico, a los altos niveles de contaminación, a los bajos niveles de sanidad, a la escasez de fuentes hídricas del país y al cambio climático. La seguridad hídrica del país depende de la forma en que se gestionen dichos recursos. Esto requerirá un esfuerzo concertado en los frentes legal, político, normativo e institucional, para una mejor gestión y un uso eficiente del agua. Habrá necesidad de diseñar y promover la gestión de la demanda de agua, el reciclaje de las aguas residuales, la recogida de aguas pluviales y la descontaminación de los cuerpos hídricos, así como llevar a cabo, paralelamente, programas de sensibilización y educación extensos. Todas estas medidas contribuirían al desarrollo del país en forma sostenible con el medio ambiente. Igualmente, ayudarían a garantizar el derecho de agua potable a una mayor porción de la población y podrían evitar potenciales conflictos con países fronterizos con los que comparte fuentes hídricas.
5. Esta es una de las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
6. Actualmente, la capacidad de tratamiento total instalada en el país es de aproximadamente 19 % de la generación total de aguas residuales.
7. La India es el cuarto Estado con mayor demanda de energía. La energía hidroeléctrica es una de las más usadas en esta nación, motivo por el cual el agua es una fuente indispensable para garantizar la seguridad energética del país.
Referencias citadas
United Nations Human Rights (2011). Special Rapporteur on the human right to drinking water and sanitation. Recuperado de http://www.ohchr.org/EN/Issues/WaterAndSanitation/SRWater/Pages/SRWaterIndex.aspx,
IDFC (2011). Water: policy and performance for sustainable development. En India Infrastructure Report. Recuperado de http://www.idfc.com/foundation/policy_advocacy/india_infrastructure_report.htm
Isabella Sánchez
Octavo semestre
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
isabella.sanchez@est.uexternado.edu.co