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Salud mental en Palestina

Los profesionales de salud mental trabajando en Palestina, área de Cisjordania incluyendo el este de Jerusalén y también en Gaza nos encontramos con un reto para implementar tratamientos que resulten en una verdadera mejoría, diagnósticos de estrés postraumático, depresión o ansiedad son insuficientes para describir el estado de salud mental en la población palestina.

Debemos acudir a un concepto que se ha introducido mediante la más reciente versión de DSM V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 5), se presenta la sintomatología que recibe el titulo de trauma complejo, que es la exposición continua tanto en niños como en adultos, a traumas interpersonales crónicos prolongados, que en su curso presentan trastornos psicológicos que no se ven recogidos en los criterios diagnósticos del trastorno de estrés postraumático (Van der Kolk B., Roth S., Pelcovitz D., Sunday S. & Spinazzola J., 2005).

Imagen 1. El muro que atraviesa el país para dividir los caminos y vecindarios entre palestinos e israelíes.

El concepto de trauma corresponde a aquella experiencia humana extrema que constituye una amenaza grave para la integridad física o psicológica de una persona y ante la que la persona ha respondido con temor, desesperanza u horror intensos (Pérez Sales P, 2001), creando un severo sufrimiento psicológico y afectando la calidad de vida de quien lo experimenta o lo atestigua. La duración de problemas en el sueño, en la alimentación, dificultades en las interacciones sociales, padecimientos físicos como dolores; fallas en habilidades cognitivas varia en cada caso, según el apoyo social, las estrategias internas de resiliencia y el acompañamiento por parte de un profesional de la salud mental durante el proceso; la literatura describe que la recuperación en pacientes con PTSD (trauma por estrés postraumático) tiende a ser posible al menos en el 70% de la población, esto mientras no ser repitan los eventos traumáticos y el individuo logre reestablecer el sentido de seguridad y control en su vida; lo cual no se logra en los pacientes que presentan Trauma complejo (PTSD Complejo) donde se combina la presencia de un autoconcepto negativo estable relacionado con trauma, evitación de relaciones y desregulación afectiva (Maercker et al, 2013).

Cuando nos referimos a trauma complejo estamos hablando del trastorno que llega a sufrir una persona debido a la acumulación de traumatización crónica. Es un trastorno que puede generarse cuando una persona se mantiene en contextos traumatizantes durante un largo tiempo, cronificándose el daño y la sintomatología. O bien cuando una persona sufre, en diversos momentos vitales, experiencias traumáticas que devienen en trauma complejo por acumulación del daño. (Nieto Martínez, I y López Casares, MC; 2016)

Al referirnos a la población Palestina, aquellos que viven en el West Bank, Jerusalén del Este y la Franja de Gaza encontramos repetidas situaciones de violencia, múltiples perdidas tanto humanas como materiales, inestabilidad para cubrir sus necesidades básicas y ausencia de control sobre sus decisiones. Durante mi trabajo como psicóloga y coordinadora del equipo de salud mental en esta zona el 90 % de los consultantes habían perdido al menos a 5 miembros de su familia por situaciones violentas, en la mitad de los casos ellos habían presenciado los eventos, el 60% de la población había experimentado separación familiar más de una vez, debido a la necesidad de dejar el país o por la imposibilidad para visitar otras ciudades dentro del mismo territorio palestino, recordemos que entre la Franja de Gaza y el West Bank (mapa 1) hay ciudades israelíes donde los palestinos no tienen permitido entrar, para salir o entrar a la Franja de Gaza es necesario contar con un permiso del gobierno israelí que demora aproximadamente un mes y en la mayoría de los casos es negado; suele ser más sencillo recibir el permiso de entrada a Gaza, pero teniendo una alta probabilidad de no poder salir nuevamente; generalmente la finalidad de esto es lograr que la mayor parte de palestinos vivan solo en Gaza y dejen libres las tierras en el West Bank para construir más viviendas para la comunidad judía procedente de diferentes partes del mundo.

Mapa 1. Acceso y movimiento a las áreas de población palestina .

Tanto en Jerusalén como en las grandes ciudades de Cisjordania se mantiene el crecimiento de los asentamientos ilegales, ilegales ante Naciones Unidas y según los acuerdos de Oslo (firmados por Israel y la autoridad Palestina en 1993) que definen las porciones de tierra pertenecientes a cada estado. Estos asentamientos se conforman por grandes grupos de colonos judíos que en su mayoría son recién llegados al país con el propósito de ocupar estas tierras, sistemáticamente se realizan desalojos en las ciudades; con mayor frecuencia en ciudades como Hebrón y Jerusalén, para transferir las edificaciones a judíos, o en zonas menos pobladas se derrumban las casas donde viven los palestinos, además matando a sus animales de granja y queman los sembrados que tienen para que bloquear cualquier posibilidad de independencia económica o auto sostenimiento. La mayoría de las familias afectadas por el segundo tipo de estrategia recurren a vivir en tiendas de campaña o en cavernas, para permanecer en el mismo lugar, los espacios donde duermen y comen deben ser compartidos con los animales, pues no tienen derecho a construir ninguna infraestructura adicional como establos.

Imagen 2. Vivienda familiar en el desierto de Massafer Yatta.

En estas viviendas improvisadas no tienen servicios de agua o electricidad, y no es permitido para las familias traer generadores eléctricos, con regularidad reciben visitas por parte de soldados para comprobar que no han construido nada y casi todas las semanas, generalmente los viernes, día de precepto para los musulmanes los colonos israelíes se acercan a estas casas para gritarles que se vayan, agredirlos e intimidarlos con sus armas, en repetidas oportunidades los palestinos resultan heridos y/o arrestados, esto último pasa frecuentemente al intentar defender sus hogares. El mayor problema de las detenciones es que no excluyen a niños, ancianos o personas en condición de discapacidad (física o cognitiva), son llevados a las prisiones de Israel donde deben esperar meses e incluso años antes de que se abra algún proceso formal, no es permitido visitarlos y en la mayoría de los casos las familias no saben dónde o cómo están.

Mientras esto ocurre en Cisjordania, en la Franja de Gaza la población esta mayoritariamente establecida en campos de refugiados, que se han creado desde el inicio de la ocupación (1948), y se ha normalizado la idea se ser desplazados dentro de su propio país. Antes de las actuales incursiones, que iniciaron en octubre, no tenían que convivir con las fuerzas armadas de Israel, pero son monitoreados permanentemente por drones y cámaras instaladas en diferentes puntos de la Franja. Día y noche se escucha el zumbido de los drones, se siente temor de decir o hacer cosas en la Franja de Gaza y recibir algún tipo de retaliación, por ejemplo, está prohibido tomar fotos o hacer videos; cuando hay grupos de personas (más de 3 o 4) cerca de las rejas y muros que encierran la Franja o cuando algún barco, por pequeño que sea, cruza la zona marítima permitida se reciben inmediatamente disparos en estos límites geográficos. Entrar y salir de Gaza es cruzar un corredor sin saber a dónde se va, es un laberinto estrecho bordeado por alambres de púas y altos muros; solo se puede hacer desde Egipto o en el cruce de Erez, donde se encuentra un gran bunker militar en medio de conjuntos cerrados de casas y edificios donde han instalado a los colonos que aceptan vivir en esta área porque la vivienda es gratis, al igual que los servicios de salud y educación y les aseguran un sueldo por periodos de entre uno a tres años, con la única condición de cuidar la tierra para evitar que poblaciones árabes habiten donde ellos han construido.

Los efectos del trauma complejo afectan la capacidad de regulación emocional y comportamental, habilidades cognitivas como memoria y concentración, además del correcto establecimiento de interacciones sociales, con esta “vida” donde permanentemente hay temor por algo y limitaciones ante todo se llega a aceptar que eso es normal, han adaptado su vida a la posibilidad de perderla, la esperanza de reencontrarse con todos sus seres queridos en el cielo los motiva en la cotidianidad, se vive el momento y se valora a la familia. El DSM-IV dice: “Esta constelación de síntomas puede ocurrir y es más comúnmente vista en asociación con un estresor interpersonal (ejemplo: abuso físico o sexual en la infancia, violencia doméstica): deterioro en la modulación de los afectos; conducta autodestructiva e impulsiva; síntomas disociativos; síntomas somáticos; sentimientos de ineficiencia; vergüenza; desesperación; desesperanza; sentirse permanentemente dañada/o: hostilidad, aislamiento social; sentirse constantemente amenazada/o; deterioro en las relaciones interpersonales.” (p. 465); debido a esto el permanente apoyo por parte de los profesionales de la salud mental es esencial, garantizando el acceso a los servicios al establecer consultorios o clínicas móviles dentro del área restringida solo a la población Palestina.

Al visitar Palestina me encontré con personas llenas de amabilidad, que tienen una tendencia natural a proteger a quien los visita, conocen bastante bien lo que es la discriminación y el peligro y quieren evitarlo para quienes vamos a verlos, a pesar de las condiciones en las que han crecido confían en los extraños están orgullosos de su cultura y sus costumbres, pero quieren aprender todo lo que sea posible. Al caminar por las calles de Jerusalén en noviembre me era imposible evitar pensar con tristeza e impotencia en las consecuencias negativas a largo plazo para la salud mental de palestinos e israelitas de todo lo que está ocurriendo; están todos presos bajo el concepto de proteger lo que tienen o tuvieron contra un enemigo creado para manipular a la población, forzándoles a interiorizar odio y temor constantes, los sentimientos que más útiles son para sanar cualquier trauma son la empatía y el perdón, pero están completamente prohibidos para todos los que habitan en esta hermosa tierra, pues presentan el riesgo de estar contra su propia gente, se ven forzados a olvidar que son seres humanos y solo pueden ser ese “escogido” y estigmatizado grupo de personas luchando por sobrevivir, es imposible no pensar que liberarse de las etiquetas y el rol de víctimas ayudaría a sanar, eliminaría la necesidad de venganza y mejoraría a largo plazo la calidad de vida para todos.


American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4th Edition. Washington, DC.

Maercker A, Brewin CR, Bryant RA, Cloitre M, van Ommeren M, Jones LM, Humayan A, Kagee A, Llosa AE, Rousseau C, Somasundaram DJ, Souza R, Suzuki Y, Weissbecker I, Wessely SC, First MB, Reed GM. Diagnosis and classification of disorders specifically associated with stress: proposals for ICD-11. World Psychiatry. 2013 Oct;12 (3):198-206. doi: 10.1002/wps.20057. PMID: 24096776; PMCID: PMC3799241.

Nieto Martínez, I y López Casares, MC. Clínica Contemporánea. Vol. 7, nº 2, 2016 - Págs. 87-104

Pérez Sales, P. Anales de psiquiatría, ISSN 0213-0599, Vol. 17, Nº. 5 (Mesas Redondas), 2001 (Ejemplar dedicado a: II Congreso Virtual de Psiquiatría "Interpsiquis 2001")

Van der Kolk B.A. The compulsion to repeat the trauma. Re-enactment, revictimization and masochism. Psychiatric Clinics of North America (1989) 12:2 389-411


Olgalucía Uscátegui Daccarett
Psicóloga. Trabajadora humanitaria.
oluzya@gmail.com