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1 de junio de 2023

Respeto a la soberanía y seguridad global: los principios de la postura china frente a la guerra en Ucrania

El tema de la guerra entre Rusia y Ucrania fue tratado por la diplomacia internacional y los medios de comunicación occidentales desde una perspectiva dogmática, por lo tanto, indiscutible: independientemente de las motivaciones, Putin, Rusia y todo lo ruso es malo, porque sabemos que ellos siempre son los malos y ahora lo demuestran una vez más al invadir Ucrania. De manera que todo país civilizado que respete la democracia y los derechos humanos debe manifestar abiertamente su rechazo a Rusia, de lo contrario se asumirá que es igual de malo que este país.

Suena demasiado simple, casi infantil, pero es el trasfondo tradicional de ese discurso dualista que maneja Estados Unidos, donde o estás conmigo o estás contra mí. Tradicionalmente, este discurso ha funcionado para convencernos a todos de que el enemigo de EE.UU. es el enemigo del mundo. Después de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, en la guerra fría el enemigo sería el comunismo; en los 80 y 90, en el mundo de los narcos, se declaró la lucha global contra las drogas. Después vendría el terrorismo, que desde el ataque a las torres gemelas nadie se atrevía a cuestionar, pues a pesar de ser un enemigo indefinible, un fantasma que podía verse en todo lo incómodo, funcionaba perfecto para justificar acciones poco éticas frente a iniciativas de independencia, grupos sociales o etnias, que los gobiernos identificaban como terrorismo para evadir una negociación con ellos.

Hoy en día se retomó retorica contra Rusia, pero, más importante, se ha declarado que el enemigo global es China. En la medida que se extiende la situación entre Ucrania y Rusia, se van haciendo más claras las dinámicas, las manipulaciones y las estrategias. En este contexto, la postura de China frente al conflicto nos devuelve a la discusión sobre conceptos básicos de seguridad, así como nos muestra la materialización de su discurso de política exterior que siempre ha hablado de otras formas de lidiar con los conflictos, razón por la cual, desde la incomprensión o la difamación, esta postura está siendo percibida como desafiante.

El lado correcto de la historia

Desde cuando iniciaron las políticas de reforma y apertura en 1978 hasta aproximadamente el año 2014, el estilo de las declaraciones de los diferentes portavoces del gobierno chino podían enmarcarse como neutras. En concordancia con una política exterior de paz, pero sobre todo en concordancia con la estrategia de manejar las relaciones internacionales de forma pragmática, era raro encontrar declaraciones que directamente inculparan o criticaran a los diferentes actores de la comunidad internacional.

Esta estrategia se enmarca en dos principios fundamentales de la China contemporánea: primero, el concepto inalienable y absoluto de respeto a la soberanía de las naciones, que es un pilar fundamental de la política exterior. No solo como consecuencia de la herida histórica de los 100 años de humillación y derrota que dejaron las Guerras del Opio y la invasión a China por parte de los poderes coloniales europeos y asiáticos; sino también como una promesa a ellos mismos y al mundo, de que nunca permitirán ni serán la causa de la violación de la soberanía de un país.

Más intuitivo y estratégico, el otro principio es el de ejercer una política exterior que genere un entorno favorable para el éxito y protección del modelo de desarrollo, siendo ese entorno pacífico, donde la cooperación económica y comercial se fortalezca constantemente. Podríamos decir que el hecho de haber sido víctima del colonialismo hegemónico no hizo de China un país revanchista que busque algún tipo de venganza, sino más bien reafirmó el principio confuciano de no hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti mismo, así como el concepto de lograr por sus propios méritos y no por la aniquilación del otro, la fortaleza suficiente para protegerse, de la forma más armónica posible con el entorno (Kent, 2009).

En la medida que el éxito del modelo se fue consolidando, el crecimiento y la importancia de China en el sistema internacional comienza a demandar cambios en algunas estrategias. Primero, por la exigencia de la comunidad internacional de que tuviera una postura más concreta frente a asuntos de impacto global, como el medioambiente. Segundo, porque en el sistema hegemónico actual es imposible crecer de esa manera sin despertar las alarmas de Estados Unidos, cuya política exterior es la de mantenerse como hegemónico, cueste lo que cueste.

Ya la administración Obama había comenzado con algunas estrategias de contención y acusaciones, pero la administración Trump no guardó la más mínima prudencia en su intención de elevar la preocupación a nivel de amenaza global, iniciando no solo una guerra comercial sino toda una estrategia para reafirmar en el imaginario internacional que el triunfo del modelo de innovación chino, además de ser una insolencia frente a EEUU, es una amenaza contra la privacidad, la democracia y la seguridad globales. En otras palabras, el discurso es una reafirmación del concepto del “excepcionalismo norteamericano”(Fuchs, 2014), solo EE.UU. puede violar la privacidad, la soberanía, la democracia y la seguridad globales, pero ningún otro país puede tener el potencial de hacerlo.

Contrario a lo esperado, Joe Biden ha mantenido tanto el discurso como las acciones ofensivas. Pero en ese argumento falta una parte muy importante, y es si al modelo de seguridad y al gobierno chinos les interesa ejercer el rol de espía global que ejerce EE.UU., cuando han demostrado muchas veces que no es ese el objetivo de su innovación tecnológica, y que tienen claro que no es parte de su soberanía hacer fuera de sus fronteras lo que hacen dentro de las mismas.

El 20 de marzo de 2022, Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China, respondiendo a las acusaciones de un posible apoyo militar de su país a Rusia hecho por el presidente Joe Biden, declaró de forma contundente que “la posición de China es objetiva y justa, y está alineada con los deseos de la mayoría de los países. El tiempo probará que los reclamos de China están en el lado correcto de la historia” (Reuters, 2022).

Por medio de diferentes comunicados, el gobierno chino ha hecho declaraciones con un nivel de claridad y contundencia que nos permite ver la coherencia entre su política exterior y su postura frente al asunto de Ucrania. A pesar de la presión internacional para que China manifestara su rechazo a la “invasión” rusa, la respuesta de China siempre tuvo tres componentes principales:

Primero, la búsqueda de la solución pacífica al conflicto. Diferentes agentes gubernamentales europeos y estadounidenses, así como organizaciones multilaterales, intentaron dialogar con China para lograr que se pronunciara en contra de la invasión de Rusia al territorio ucraniano, así como buscaban una injerencia de China por medio de algún tipo de presión militar o económica. El canciller Wang Yi y sus diferentes portavoces siempre respondieron lo mismo, que la postura de China es la de la búsqueda del desescalamiento del conflicto, así como la búsqueda de lograr entrar en diálogos de paz lo más pronto posible, ofreciéndose incluso como un posible país mediador para ese fin. El único punto en el que Beijing manifestó la necesidad de actuar como países es en el de evitar una tragedia humanitaria. (Xinhua Commentary: China’s stance on Ukraine serves world’s fundamental interests-Xinhua, s. f.).

Cabe resaltar que, como lo explica Xiao, secretario general del centro de estudios de la Organización de Cooperación de Shanghái, no solo China no tiene el tipo de influencia que se cree sobre Moscú o Kiev, sino que además hay hechos y valores que influyen grandemente en la postura de China (o de cualquier país) en este tipo de coyunturas internacionales. En lo que se refiere a los hechos, tomar una posición que ‘añada más combustible al fuego’ va en contra de la postura china de promover la paz y oponerse a la guerra. En términos de valores, “bajo la premisa de que EE.UU. y sus aliados occidentales toman a China como una amenaza, esquivar los riesgos es un factor de valor que China debe tener en cuenta en todos sus movimientos de política exterior. Por lo tanto, la inclinación a esquivar el riesgo adquiere un peso significativo en la postura china. Cuanto más Estados Unidos y sus aliados occidentales hablen de una amenaza china, menos probable será que China se sincronice con ellos a través de acciones concretas” (Xiao, 2022).

En esta misma línea, los portavoces de la cancillería China han dicho claramente que consideran que EE.UU. y la OTAN están echando combustible al fuego y que eso es algo que toda la comunidad internacional debería notar (Xinhua, 2022). Un nivel de acusación a Estados Unidos que no solía ser común, pero que refleja el alejamiento cada vez más clara entre las posturas de estos países en lo que se refiere al manejo del conflicto internacional.

De la seguridad indivisible a la Iniciativa de Seguridad Global

La definición de los dos conceptos es todavía un asunto de debate académico y multilateral. Para el caso de Europa y Rusia, Kvartalnov (2021) desarrolla precisamente las diferencias en la comprensión de cada uno de los conceptos desde una Europa que excluye a Rusia, y desde una Rusia que pide que la seguridad del continente entero sea tenida en cuenta.

En general, el concepto de seguridad indivisible, que juega un papel importante dentro de la formación de iniciativas de seguridad, como la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) o la OTAN, implica que la seguridad de un actor debe ser pensada teniendo en cuenta no convertirse, por búsqueda de ese propósito, en una amenaza para el otro actor relacionado. En otras palabras, el concepto de seguridad indivisible nos dice que es tan importante la percepción de seguridad de Europa como la de Ucrania, la de Rusia y la del continente asiático, y que no puede considerarse una más válida que la otra.

En sus primeras declaraciones, Wang Yi, ministro de relaciones exteriores de la República Popular, acuñó el término para resaltar que la situación en Ucrania había explotado precisamente por provocaciones, incentivadas por la OTAN y EE.UU., que iban en contra de la seguridad indivisible, al violar el acuerdo de que Ucrania no podría unirse nunca a esta organización. Invitando a Europa y Rusia a trabajar en los mecanismos que garantizan la seguridad indivisible para desescalar el conflicto y garantizar un ambiente armónico en la región. Uno de estos mecanismos es precisamente pensar en la seguridad de la región antes de seguir permitiendo la intervención de poderes externos, como EE.UU., en temas tan delicados (Times, 2022).  

En abril de 2022, en el foro BOAO, el presidente Xi Jinping elevó al concepto al término de Seguridad Global. Ante la presión de los países de Europa y de EE.UU. por un pronunciamiento de China más contundente frente al tema de Ucrania, Xi sorprendió afirmando que la postura de China es la de apoyar el mantenimiento y la creación de una arquitectura global para garantizar una seguridad “común, comprehensiva, cooperativa y sostenible”, donde “las preocupaciones legítimas de seguridad de todas las naciones deben ser tenidas en cuenta, y donde la seguridad de una nación no se construya al costo de la seguridad de otros países” (严茂强, 2022). 

Dentro de las declaraciones resaltó que la seguridad global depende del respeto absoluto a la soberanía y la integridad territorial de todos los países. Esto significa la promoción del diálogo y medios diplomáticos para la solución de los conflictos, el rechazo a actos unilaterales de países o bloques que pongan en riesgo la seguridad de cualquier país o del mundo, la eliminación de los mecanismos hegemónicos de no respetar la autodefinición de las naciones y los pueblos. Declaró que el mundo no puede simplemente garantizar la seguridad de unos países o bloques dejando a otros inseguros, y que cada país tiene el mismo derecho de participar en asuntos de seguridad regional y global, y tiene la misma responsabilidad de preservar la seguridad. Como era de esperarse, estas declaraciones fueron consideradas por EE.UU. como una amenaza a la OTAN y al mundo y como una iniciativa hegemónica china, una interpretación consecuente con la mentalidad estadounidense de guerra, pues el ladrón juzga por su condición.

Ahora podemos comprender mejor la coherencia de la postura que China mantiene frente al conflicto de Ucrania. No se trata ni de un apoyo a Putin ni de una confrontación contra el mundo. Todo lo contrario, al tener buenas relaciones tanto con este país como con Rusia, se rehúsa a tomar una postura que le añada leña al fuego o una postura como los embargos y bloqueos económicos que claramente son una forma de violar la soberanía de los países. Se rehúsa a apoyar iniciativas pensadas en el beneficio unilateral de un bloque que afecta la seguridad de la región y del mundo. Por el contrario, coherente con su política exterior de promoción de la paz, está buscando la promoción del diálogo, el desescalamiento del conflicto y la protección de todos los ciudadanos que se están viendo afectados.

En este proceso, inevitablemente está haciendo evidentes las dinámicas hegemónicas, guerreristas y conflictivas que países como EE.UU. u organizaciones como la OTAN mantienen y que son la causa principal de los escalamientos armados y de gran parte de los conflictos internacionales. Como consecuencia, está proponiendo mecanismos distintos de coadministración de las amenazas globales (no solo seguridad, salud y medioambiente son otros de estos temas), poniendo por encima de los objetivos estratégicos unilaterales y hegemónicos, la seguridad estatal, regional y global. Como esto no conviene a los poderes tradicionales, están haciendo todo lo posible para malinterpretar y demeritar esta postura, de manera que todos sigamos creyendo que los actos de EE.UU. son para el bienestar global, a pesar de que los hechos nos han demostrado una y otra vez todo lo contrario.


Referencias

Fuchs, M. (2014). The Great Arsenal of Democracy: Uncle Sam and American Exceptionalism at the End of the American Century. AAA: Arbeiten aus Anglistik und Amerikanistik, 39(1), 43-69.

Kent, A. (2009). Beyond Compliance: China, International Organizations, and Global Security. Standford University Press. https://nuspress.nus.edu.sg/products/beyond-compliance

Kvartalnov, A. (2021). Indivisible Security and Collective Security Concepts: Implications for Russia’s Relations with the West. Central European Journal of International and Security Studies, 15(3), 4-29. https://doi.org/10.51870/CEJISS.A150301

Reuters (2022, marzo 20). China on the right side of history over Ukraine war, foreign minister says. Reuters. https://www.reuters.com/world/china/china-right-side-history-over-ukraine-war-foreign-minister-2022-03-20/

Times, G. (2022, marzo 15). China encourages Europe to build «indivisible security» mechanism with Russia—Global Times. https://www.globaltimes.cn/page/202203/1254947.shtml

Xiao, B. (2022, abril 6). China’s Position on the Russia-Ukraine War. China-US Focus. https://www.chinausfocus.com/peace-security/chinas-position-on-the-russia-ukraine-war

Xinhua (2022, agosto 22). Chinese envoy asks US, NATO to stop adding fuel to fire in Ukraine conflict [Peoples Daily]. https://peoplesdaily.pdnews.cn/china/chinese-envoy-asks-us-nato-to-stop-adding-fuel-to-fire-in-ukraine-conflict-274882.html

Xinhua Commentary: China’s stance on Ukraine serves world’s fundamental interests-Xinhua. (s. f.). Recuperado 3 de octubre de 2022, de https://english.news.cn/20220429/48fba0f2a5d44475a62fde1ad7d89bb2/c.html

严茂强 Yan Maoqiang (2022, abril 25). China offers solutions for global security. https://www.chinadaily.com.cn/a/202204/25/WS6265d6cea310fd2b29e58ff2.html 

Lina Luna Beltran[1]
Docente Investigador
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
lina.luna@uexternado.edu.co

ISSN ELECTRÓNICO: 2344-8431
ISSN IMPRESO: 0123-8779


[1] Sinóloga internacionalista. Docente investigadora Universidad Externado de Colombia.

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