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Separatas Zero
21 de abril de 2020

Meditación para la vida

La meditación es una práctica ancestral que tiene infinidad de beneficios para los que la practican de una manera adecuada. Este primer semestre, como si hubiese sido un llamado, se abrió con 25 estudiantes de quinto semestre, un seminario dedicado exclusivamente a la MEDITACIÓN.

Algunos compañeros me preguntaron sobre cómo iba a calificar a los estudiantes, y qué podría enseñar durante 16 sesiones a los chicos, y la verdad esto ha sido un maravilloso camino de descubrir por dónde ir con ellos y sus expectativas sobre el tema. Acordamos que esto iba a ser un laboratorio y que íbamos a compartir la vivencia cada semana. Claro, en ese momento, no contábamos con que íbamos a estar en casa y vivir lo que estamos viviendo, así que entramos en lo desconocido.

Lo interesante es, que eso es precisamente LA MEDITACIÓN. Entre otras cosas, es entrar en lo desconocido, porque una vez que cierras los ojos y entras en la obscuridad y lo inesperado, ya nada de lo conocido, existe.

Meditar adecuadamente y de manera diaria ofrece muchísimos beneficios al practicante, y no hablo solo de bajar el stress. Bajar el stress es una consecuencia de la perseverancia y terquedad de sentarse a meditar, porque el sistema nervioso se calma y entra en otro ritmo. 

Tomar la decisión de meditar es un paso interesante hacia si mismo. Es una decisión trascendental con consecuencias increíbles y diferentes para cada persona, por que son vivencias y sensaciones únicas que no se pueden igualar, o imitar o fingir. Es por esto que la meditación se puede entender solo en las palabras de quien la ha practicado con regularidad por un periodo de tiempo.

Los estudiantes del seminario de Meditación de FIGRI están meditando diariamente desde el 30 de enero de 2020, es decir que llevan aproximadamente dos meses y medio practicando la meditación. Cada semana cambiamos de meditación y deben reportar sus avances cada cierto tiempo. Desde que inició el proceso de estar en casa las experiencias cambiaron y se intensificaron, y aquí hay algunos apartes de lo que reportaron los chicos en la última semana.

Laura dice: “…durante este semestre decidí hacer un cambio en mi vida por medio de la meditación, y en este momento para mí, es mucho mas fácil conciliar el sueño, he tenido mejor relación con mi familia, me he convertido en una persona muchísimo más tolerante y comprensiva. Durante la cuarentena este ejercicio ha sido mi salida de la realidad y en los momentos en que la situación ha sido tensa en mi casa, me ha ayudado a manejar la situación…”

Estudiante que no quiere decir su nombre nos cuenta: “…pensé que el encierro iba a ser muy difícil, cambiar mi rutina de un día a otro iba a ser muy duro, pero como llevaba meditando desde varias semanas antes, se me hizo mas llevadero de lo que pensaba. Durante semana santa nos pusieron muchos trabajos y al volverme sentí agobiada con el cansancio físico de tener que estar toda la mañana y a veces parte de la tarde también frente a un computador, para seguir haciendo tareas frente al computador. Sin embargo, todas las mañanas me levanto, luchando contra las ganas de dormir más para hacer una meditación, que es lo que sinceramente me ha ayudado a llevar bien tanto encierro, las clases y mis emociones. Yo misma encuentro mi silencio, me concentro hacia el interior y no hacia el exterior…”

Ante situaciones adversas, a veces no es suficiente meditar una vez al día y parece muy beneficioso aumentar la dosis.

Carol ha tenido esta experiencia: “…todo se me estaba derrumbado, la presión de la universidad era un factor adicional que me mantenía intranquila todo el día. Empecé a meditar constantemente, en la mañana y en la noche, y en ocasiones con mi familia, y es increíble, la paz y tranquilidad que unos minutos de meditación al día pueden brindar. Ahora siento que la coyuntura actual es más llevadera y los días encerrada son nuevas oportunidades para crecer y aprender.

A veces no confiamos y pensamos que la meditación es perder el tiempo o que no sirve y la dejamos por un tiempo. Eso le pasó a Sergio: hice meditaciones constantemente hasta el día en que no las hice mas, no sé porque, y me sentí angustiado, como que no me rendía el tiempo y he podido pensar sobre lo importante que es estar conectados con nosotros mismos y lo importante que es la meditación para esto. Al retomar las meditaciones me sentí mucho mejor. Este es un tiempo para reflexionar sobre lo que somos, de lo que hemos hecho y de lo que teníamos tal vez, planeado. Esto tan inesperado me ha hecho pensar que nos ocupamos mucho del futuro que es completamente incierto.

A Manuel, la meditación le ayudó a descansar y dormir bien. “…me sirvió al principio para dormir bien y gozar de un buen sueño. También me ha servido para mejorar un dolor de estómago por amebiasis que pude curar sin necesidad de antibiótico. He logrado avances importantes con meditación en movimiento, y mi autoconocimiento es tal, que estoy muy agradecido frente a lo que me pasa y en el tema de quererse a uno mismo…”

Para Valentina ha sido todo un descubrimiento: “…desde que comencé a meditar he sentido y he observado muchos cambios en mi. Sé manejar mejor el estrés, he podido dormir mejor, me ha ayudado mucho a la hora de entrenar etc. Cuando comenzó esta cuarentena me sentía muy abrumada por la situación, tener que acostumbrarme a estar en un mismo sitio, sentarme todo un día frente a un computador para recibir mis clases, no poder ver a las personas que quiero, no lo vi fácil. Comencé a meditar día y noche y algunas veces por la tarde y gracias a la meditación he podido manejar el estrés de estar encerrada y de la carga académica de la universidad.  He podido controlar mi malgenio.

Para Valeria ha sido una oportunidad para comprender que “…la felicidad la encontramos en nuestro interior y eso me hace sentir más segura y orgullosa de mi misma, me llena de satisfacción saber que nuestro bienestar se encuentra en nosotros mismos, en nuestro pensamiento, sentimiento y sobre todo en nuestra mente, y esa es mi experiencia con la meditación en estos días…”

María insiste en la meditación: “…busqué conocerme más y con la meditación lo he hecho. No ha sido fácil porque muchas veces no he sentido el cambio, sin embargo, eso no me ha detenido y sigo insistiendo. En la última semana, ha sido más fácil porque he aceptado las condiciones en las que estoy y eso me ha ayudado a meditar más y relajarme más. Por eso, la meditación ha sido de gran ayuda en esta cuarentena para mi…”

Para Juan la meditación es pura energía: “… luego de varias semanas incluyendo la meditación dentro de mis rutinas diarias, me he dado cuenta que es una manera de reiniciar el cuerpo. Cualquier carga o presión que lleve, se puede ir con un pequeño rato meditando.  Es una manera de descansar no solo el cuerpo sino en su totalidad la mente. Después de días pesados de trabajo, para mi es la mejor manera de empezar el día con nueva energía o, en la noche para conciliar el sueño.

A veces necesitamos que alguien nos recuerde qué es lo que funciona: “…Cuando se empezó hablar del coronavirus en Colombia, me angustié mucho y opté por no salir ni recibir visitas. No quería que nadie fuera a mi casa. Me puse paranoica. Pero cada vez que meditaba me tranquilizaba, me sentía en paz, no sé cómo describirlo, pero es una sensación muy bonita.  Un día que estaba muy nerviosa mi mamá me dijo: “nena medita”, y me acompañó a meditar, hicimos video llamada y cuando terminamos, estaba tranquila, podía respirar. No he vuelto a sentir miedo y a partir de ese momento, empecé a meditar más y fui tomando las cosas con más calma, ya puedo hacer las meditaciones largas, antes no podía hacerlas porque me impacientaba, iba como en la mitad y ya mi cabeza estaba en otro lado, me picaba todo , y no seguía. Pero ahora si logro concentrar y hacerlas bien. Siento que la meditación me ha ayudado a tranquilizarme, aceptar las cosas, a no tener miedo y no ponerme paranoica. También, me siento mejor conmigo misma, no sé, pero ahora organizo mejor mi tiempo y hago más cosas por mi, hasta estoy haciendo ejercicio.

Para Tatiana, no tener contacto físico ha sido un reto: “…enfrentarse a problemas y saber que tienes a tus amigos apoyandote es muy bueno, pero cuando los tienes solo por celular, no es tan bueno. La meditación me ha ayudado no tanto por que esté estresada en la casa o por que sienta la necesidad de salir, es la falta de contacto físico con mis amigos o con alguien fuera de mi familia. Por un momento me desesperé mucho, así que medité para poder llevar mejor esos sentimientos y me ha ayudado mucho.  Meditando empecé a ser mas consiente de mis errores, encontré mi tranquilidad con la situación y he estado mas tranquila sin necesidad de buscar apoyo en nadie.

Otro aspecto, es que la primera semana de clases virtuales no medité mucho y así tuviera huecos o descansara toda la tarde, para cuando volvía a conectarme a clase estaba cansada, estaba teniendo migrañas por el computador y no encontraba descanso. Me dí cuenta que los días que medité juiciosa, descansaba mejor y estaba mas fresca para las clases. 

La meditación tambien se puede hacer acompañada en la distancia: “…todas las noches busco una meditación y se la mando a mi novio. La hacemos al mismo tiempo y cuando terminamos hablamos de cómo nos sentimos, qué pensamos y si nos gustó. Además, al estar todo el día frente al computador, estresada o con mi mente siempre ocupada, cuando llega el final del día siento mucho dolor de cabeza y cansancio, y empiezo la meditación del día. Cuando la termino me siento mucho mejor, mas calmada y saludable, en paz y relajada. Cuando tengo que seguir trabajando después de hacerlo al menos me siento más motivada y concentrada, si no, me siento muy tranquila y me puedo acostar a dormir muy fácil. En esta cuarentena he hecho todo tipo de meditaciones, desde glándula pineal hasta abrir chakras, todas son una experiencia distinta que me gusta sentir.

Isabella dejó de meditar por todo lo que pasaba a su alrededor: “…los primeros días fue bastante complicado, pues mi afán de tener todo al día y acabar mis deberes hacía que no supiera dividir el tiempo y establecer horarios de estudio, descanso, sueño, ocio, entre otros, además me tenía que acomodar a los horarios de comidas y otra clase de actividades de mi familia; por tanto, debo aceptar que los primeros días de cuarentena no medité. Me estresé mucho, pues estaba enfrentando muchos retos, pero sabía que no podía seguir de la misma manera pues física y mentalmente me estaba sintiendo bastante cansada y me daban fuertes dolores de cabeza. Por ello, rápidamente volví a meditar tal como lo hacía antes. En un principio fue bastante complicado por el ruido que había y porque mi familia no entendía lo que estaba haciendo y me interrumpían constantemente, lo que hacía que no pudiera meditar satisfactoriamente.

De ahí que decidí hablar con ellos y explicarles que esto estaba siendo difícil para todos, así que les pedí que me dejaran meditar y que si querían lo hicieran conmigo. Después de eso pude meditar tranquilamente y eso me ayudó a estar de un mejor ánimo, con una mejor disposición para ver mis clases y llevar una convivencia tranquila con todo en mi casa. Después de este tiempo meditando puedo decir que es una excelente herramienta para llevar la cuarentena de una mejor manera, por lo que todos deberían intentar hacerlo y seguir cuando pase esta situación. Es una forma de estar más tranquilo, tomarse un momento para sí mismo, alejarse del estrés de estar encerrado y no poder salir, de los deberes, es una forma de salir y sentirse libre estando sentado dentro de la casa.

Tal como lo dice Isabella, la meditación no es una práctica para la cuarentena, o para los momentos de ansiedad o incertidumbre. Es una práctica para la VIDA y para VIVIR.


Alexandra García Otálora
Coordinadora de Convenios – Docente
Facultad de Finanzas Gobierno y Relaciones Internacionales
alexandra.garcia@uexternado.edu.co

Con la colaboración de los estudiantes del seminario de Meditación del 2020 1 – grupo FI 111I FIGRI

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