Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Ultimátum
13 de agosto de 2015

Granja Integral de Potrerillo Primero la Gente: un esfuerzo de desarrollo integral colectivo en medio del carbón[1]

Al margen de la discusión existente en el país sobre la conveniencia o no de la minería, es pertinente mostrar la forma en que los habitantes de Potrerillo han logrado salir adelante mediante la ejecución de un proyecto productivo, al tiempo que han podido construir relaciones positivas con el entorno que los rodea.

«En cualquier circunstancia, el potencial de la gente está allí, sólo se debe encaminar y explotar de la manera correcta».    

Esta frase, que naturalmente debería tomarla en cuenta cualquier persona, empresa o institución que trate asuntos de desarrollo social, sirve para comprender muchas de las cosas que han sucedido en el corregimiento de Potrerillo, jurisdicción del municipio de El Paso, en el departamento del Cesar.

Para llegar a Potrerillo es necesario bajarse en el cruce de La Loma, en la carretera que de San Roque conduce a Bosconia. Una vez allí, lo primero que se observa es una montaña, que queda al lado de la cabecera corregimental de La Loma. Esa montaña no es natural sino que ha sido formada por tierra estéril, resultado de la explotación del carbón por las empresas Drummond y la filial de Goldman Sachs, Colombian Natural Resources (CNR) (Molano, 2013). La explotación de carbón ha hecho que La Loma, que es un corregimiento, tenga en la actualidad más del 61 %  de los habitantes de El Paso, el municipio del que forma parte y que sólo cuenta con el 18 % de la población viviendo en su cabecera (Alcaldía de El Paso, 2015).

Para llegar a Potrerillo, otro corregimiento de El Paso, es necesario tomar un servicio de mototaxi desde el cruce, en un recorrido que dura quince minutos y cuesta $5.000. Hasta hace algunos meses, hacer este trayecto podía tomar más o menos una hora. En ese entonces, la carretera no estaba pavimentada y llegar a Potrerillo podía ser toda una odisea en tiempos de invierno. Sin embargo, tras una larga espera, la Alcaldía de El Paso decidió incluir recursos para pavimentar los diez kilómetros que mantenían a Potrerillo aún más en el olvido.

Poco antes de llegar a la cabecera corregimental de Potrerillo, existe una comunidad de no más de cuarenta familias ubicadas en el barrio Sabana 2000. En este lugar, de calles llenas de polvo y desde donde todavía se alcanza a divisar la montaña que caracteriza a La Loma, se encuentra la Asociación Granja Integral de Potrerillo Primero la Gente (Gapopri).

En el año 2006, la economía de la región estaba dominada por el auge del carbón, al tiempo que existía una fuerte presencia de grupos armados ilegales que se disputaban el control de la región, entre los que se encontraban las FARC y grupos paramilitares (MOE, 2007). En medio de esa coyuntura, los habitantes del barrio Sabana 2000 de Potrerillo se empezaron a reunir frecuentemente y al cabo de semanas de debates y discusiones de los temas importantes para su futuro nace Gapopri, entidad que desde sus inicios ha tenido el objetivo de fomentar el desarrollo de las personas que la integran. Dicha asociación, sin precedentes en este territorio, no nace en el marco de alguna figura institucional (como las juntas de acción comunal), por el apoyo de alguna ONG o por medio de la cooperación internacional, sino que se configura por el empuje y deseo por salir adelante de las personas que componían el barrio Sabana 2000 de Potrerillo y que fueron encauzadas por Michelle Bentham[2], quien desde entonces se ha desempeñado como líder de Gapopri.

Para estas personas, el futuro no debía estar ligado necesariamente a alguna actividad minera y mucho menos podía ser una opción el ingreso a algún grupo armado ilegal. Esta comunidad, en cambio, siempre vio en los proyectos productivos una opción viable y sostenible para su futuro, más allá de que en ese momento no se tenía claridad acerca de las actividades o cultivos sobre los cuales se iba a basar el mencionado bienestar.

Como en la mayoría de las iniciativas que nacen desde la base, el comienzo no fue fácil. La comunidad logró un primer impulso gracias a que, con el apoyo de la Alcaldía, se encerró un terreno aledaño al barrio Sabana 2000. En dicho espacio, Gapopri habría de tomar lugar hasta el presente. En ese mismo periodo, la Alcaldía de El Paso decidió promover la cría de tilapia dentro de la asociación, para lo cual se excavaron 27 pozos de 7 metros de profundidad cada uno. Sin embargo, estas acciones se desarrollaron sin un plan de formación y acompañamiento, lo cual, junto a diversos factores más, trajo como consecuencia la inutilización de los pozos y, por supuesto, el aplazamiento del anhelo de conseguir desarrollo para el barrio y sus habitantes por varios años.

Para sobrevivir, la entidad obtuvo apoyo para implementar proyectos productivos de hortalizas. Este hecho, aunque no significó muchos ingresos para las familias que componían Gapopri, fue determinante porque permitió la permanencia de la asociación. Posteriormente, en 2011, el involucramiento paulatino con la empresa de carbón Colombian Natural Resources (CNR) fue trascendental. Ésta, a través de su fundación, que lleva el mismo nombre de la empresa, se convirtió en base fundamental del porvenir de la asociación, brindando no sólo soporte económico, sino también acompañamiento técnico constante en el proyecto productivo que la asociación iba a desarrollar en el futuro.

Para el año 2011, además de CNR, apoyaban a la asociación entidades como la Alcaldía de El Paso, la Gobernación del Cesar, el SENA y Ecopetrol, que crearon un fondo común de recursos, tanto en dinero como en especie, y encargaron a la Agencia de Desarrollo Económico y Local de Zapatosa[3] su administración.

Con estos apoyos, el siguiente paso para la asociación fue decidir la actividad productiva que iba a ser su eje económico. Después de distintas reuniones y de estudiar varias posibilidades se escogió, con el beneplácito de todos los aportantes, el cultivo de alevinos; de esta manera, se aseguraba una gran rentabilidad, al tiempo que se podían aprovechar y adecuar los 27 pozos existentes, por lo que no era necesario empezar desde cero. Sin embargo, se debía construir un pozo profundo de 80 metros para asegurar el agua de los demás estanques. Para tal fin, además de la ayuda de una retroexcavadora, se requirió la intervención de todos los miembros de Gapopri.

La construcción del pozo profundo significó un punto de no retorno para la asociación, como lo comentó Michelle Bentham (2014):

«Hacer el pozo tomó muchos días de trabajo conjunto entre todos los miembros de las familias. Todos los días nos levantábamos temprano para trabajar fuerte y cavar más y más, pero no nos importaba a ninguno porque sabíamos lo importante que era esa obra para el proyecto y por eso le metimos el hombro (…) Al final, todos sabíamos que después de esos días de convivencia ya no éramos compañeros, sino amigos».

Con la finalización del pozo profundo y la adecuación de los demás en 2011, el proyecto productivo de alevinos pudo iniciar formalmente. Lo anterior ha permitido que cada familia pueda recibir ingresos estables, al tiempo que se ha logrado un involucramiento total de éstas en las actividades de la granja. Hacia finales de 2014 y después de tres años de funcionamiento, la autosostenibilidad del proyecto es cuestión de tiempo y el objetivo es que en un año ya no exista dependencia económica de ninguna entidad.

El único riesgo que sus integrantes vislumbran es la inestabilidad jurídica del terreno donde se asienta la granja, ya que si bien están amparados por la figura del comodato, saben que su estancia allí está ligada, en gran medida, a la voluntad del gobernante de turno y que su futuro dependerá de poder comprar el terreno donde habitan o, en su defecto, adquirir uno nuevo y empezar el proyecto desde cero.

Hasta el día de hoy, los integrantes de Gapopri han estado aprendiendo colectivamente temas que involucran la academia y la ética. En la actualidad, la granja se enorgullece de haber pensionado a uno de sus integrantes por su avanzada edad, un señor que estuvo desde los inicios y que hoy en día está disfrutando –dentro de la granja– días de descanso y camaradería con la comunidad. En cuanto a los aprendizajes académicos, los logros son contundentes. Muchos de ellos no sabían que era un alevino, ni mucho menos la forma de criarlo y comerciar con ellos. En la actualidad, es posible ver a sus integrantes desempeñando todas las labores requeridas al tiempo que hablan con propiedad del tema, como lo demuestran las palabras de Anoris Peña (2014):

«Antes yo no sabía que era un alevino. Ahora digo con mucho orgullo que en un mismo estanque se pueden criar hasta tres clases de peces, las cuales, pueden cohabitar porque nadan a una profundidad diferente (…) y no sólo eso, en determinados casos, es posible que los desechos del pez de arriba, sean la comida del pez de abajo, entre muchas otras cosas más».

Resulta muy difícil plasmar en palabras lo que ha sido para estas familias haber llegado hasta donde se encuentran el día de hoy. Muchos de ellos han tenido que hacer innumerables sacrificios en términos de tiempo, dinero e incluso seguridad. Es común ver a los integrantes de Gapopri quedándose más tiempo de lo necesario sólo con el objetivo de aprender más del proceso de alevinos y también es posible vislumbrar cómo a medianoche los guardias no dudan un instante en adentrarse en el monte si notan algún movimiento extraño.

Mientras estas personas ven, a lo lejos, la montaña de residuos estériles que se alza en La Loma, es inevitable pensar en las paradojas que ha traído la minería a esta región. Aunque la montaña simboliza para muchos los aspectos negativos de la minería, la relación que se ha construido entre CNR y la comunidad de Gapopri demuestra que es posible generar desarrollo con base en los recursos que produce el carbón. Si los recursos de responsabilidad social empresarial de una compañía son invertidos de manera integral, se pueden obtener resultados alentadores. El reto, al menos en este aspecto, está sin lugar a dudas en lograr que los beneficios de una actividad minera como el carbón puedan llegar, no sólo a 22 familias, sino a toda la zona de influencia de la actividad minera.

Aun así, debe quedar claro que el desarrollo no puede ser responsabilidad de un solo actor, y en el caso de Gapopri se ha observado cierta convergencia que ha favorecido los intereses de la comunidad. Si estas personas han podido salir adelante con tan poco, sin duda el potencial de la gente está allí. Sólo hay que saberlo encaminar y explotar.


 

Referencias

Información principal recopilada personalmente por el autor en las conversaciones sostenidas con los integrantes de Gapopri.

Alcaldía Municipal de El Paso (2015). Plan Municipal de Desarrollo. El Paso, Cesar: Ediciones Vale.

Misión de Observación Electoral (2015). Monografía político electoral del departamento del Cesar, 1997 a 2007. Bogotá. MOE.

Molano, A. (23 de febrero de 2013). El sueño negro. El Espectador. Disponible en internet: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/el-sueno-negro-articulo-406494.


 

[1] Artículo exclusivo para la revista Zero. Este documento está basado en la experiencia personal vivida en el marco de un proyecto conjunto entre la Red Nacional de Programas Regionales de Desarrollo y Paz (Redprodepaz), la Red Nacional de Agencias de Desarrollo Local (Red Adelco) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para la sistematización de experiencias de desarrollo y paz en medio del conflicto armado.

[2] Habitante del Barrio Sabana 2000 de Potrerillo y líder social. Gapopri es la única organización de la cual ha sido miembro.

[3] Corporación de carácter asociativo, de derecho privado y de participación mixta, con patrimonio propio y autonomía administrativa, conformada por personas naturales y jurídicas, públicas, privadas y sociales o mixtas. Su objetivo es «Promover el desarrollo del área de influencia y disminuir sus niveles de pobreza y desigualdad a través del trabajo, la generación de empleo e ingresos dignos y la realización de procesos de planificación, coordinación y enlace entre los sectores gubernamental, productivo, social, y otras agencias, organizaciones y entidades a nivel nacional e internacional y la cooperación internacional multilateral».


Sergio Pérez Rojas
Egresado
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
Sergio.perez02@est.uexternado.edu.co

Revista Zero Impresa Edición 33
Segundo semestre de 2014
ISSN electrónico: 2344-8431
ISSN impreso: 2344-8431

 

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