"Metrópolis" es una historia global de cómo las ciudades han sido la cuna de las grandes civilizaciones de la historia.
Ben Wilson nació en 1980 en Reino Unido. Allí estudió historia en el Pembroke College de Cambridge, donde obtuvo su título con honores. Wilson es autor de cinco libros, entre ellos: ¿What Price Liberty?, ganador del premio Somerset Maugham, y Empire of the Deep: The Rise and Fall of the British Navy, un bestseller del Sunday Times.
Además de estos libros, Wilson ha escrito guiones para diversos programas de historia en televisión y también se destaca por sus apariciones en el mismo medio y la radio nacional en el Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos. Ha dado conferencias en diferentes universidades, así como en festivales de libros en el Reino Unido, incluyendo el Festival de Edimburgo. Wilson también ha escrito para The Spectator, Literary Review, Independent on Sunday, Scotsman, Men's Health, Guardian Online y GQ.
Metrópolis es una historia global de cómo las ciudades han sido la cuna de las grandes civilizaciones de la historia. El libro comienza en la majestuosa Uruk, la primera ciudad del mundo, que data del 5000 a.C, y culmina en la caótica y vibrante Lagos en Nigeria, guiándonos en un paseo histórico que, con una prosa atractiva, atrapa al lector en un viaje por las ciudades más relevantes en los últimos 6.000 años de la historia universal.
En Metrópolis, Wilson nos muestra que las ciudades fueron el resultado de asentamientos humanos que se organizaron con el objetivo de satisfacer las necesidades básicas de sus habitantes, pero también fueron lugares de encuentro para las diferentes culturas, cosmovisiones e ideologías, con un objetivo común, que es el progreso. El autor afirma también que las ciudades realmente nunca fueron una necesidad; no obstante, una vez existieron, fueron testigas de las diferentes expresiones culturales, económicas y sociales, las cuales influyeron de manera significativa en el inicio de la civilización.
En este orden de ideas, Wilson habla de las ciudades como entes en movimiento, organismos vivos que se transforman y no perecen. Nos muestra las ciudades como el motor del progreso humano, como el epicentro de grandes ideas, avances tecnológicos, innovación y cultura. Hoy en día, las ciudades siguen siendo protagonistas de nuestra historia, cultura, desarrollo económico y social. Son actores fundamentales en nuestro progreso como especie y ocupan un lugar privilegiado en la modernidad.
Ciudades; Civilización; Urbanización; Urbanismo; Ciudadanos
Las ciudades han sido tradicionalmente el centro de la civilización humana. Desde los primeros asentamientos hasta las metrópolis contemporáneas, los centros urbanos han sido por excelencia el lugar de la innovación, la cultura y el progreso.
El proceso de urbanización se ha acelerado de forma significativa en los últimos siglos. En 1800, sólo el 3% de la población mundial vivía en ciudades. Según el Banco mundial (2022), alrededor del 56 % de la población mundial — 4.400 millones de habitantes — vive en la actualidad en ciudades. Se espera que esta tendencia vaya aumentando, ya que se estima que la población urbana se duplicará para 2050.
La urbanización moderna ha tenido un impacto profundo en el avance de la humanidad. Este proceso ha sido el motor de grandes revoluciones y avances significativos, que le dieron vuelta a la historia de la humanidad. Han sido también el escenario de importantes movimientos sociales y culturales.
Sin embargo, la urbanización moderna también plantea desafíos importantes. Entre ellos se encuentran la desigualdad social, la contaminación ambiental y la pobreza.
En Metrópolis, Ben Wilson realiza una recolección histórica de la urbanización y los efectos que esta ha tenido en la humanidad. El eje central de este análisis es el entendimiento de la influencia de las ciudades —acogiendo todos sus procesos de creación y consolidación— en los procesos de desarrollo de las civilizaciones, así como sus pesos y contrapesos en las dinámicas que conlleva la formación de ciudad.
Las obras de la magnitud de Metrópolis no solo ofrecen información valiosa y análisis profundos, sino que estimulan el interés y generan interrogantes sobre el tema que tratan. De hecho, este texto se propone responder uno de esos interrogantes: ¿cómo ha contribuido la urbanización moderna al avance de la humanidad?
Como respuesta preliminar se propone que la urbanización ha tenido un impacto significativo en el avance de la humanidad; no obstante, este se ha manifestado positiva y negativamente en nuestras vidas. La urbanización ha sido una fuerza dinamizadora para el progreso humano, ya que ha contribuido de manera importante en el aumento de la productividad, la innovación y el intercambio cultural. Sin embargo, estos avances han originado desafíos considerables, tales como la contaminación, la desigualdad social y la violencia.
Es indudable la influencia de las ciudades en nuestras vidas: definen en buena medida cómo vivimos y cuál es nuestra percepción del mundo. Además, las ciudades permean la mente de quienes las habitan y, como creaciones humanas, en ellas están impresos los deseos, las creencias y las visiones de un colectivo. No podemos pensar en una ciudad sin sus habitantes.
Las ciudades son centros de oportunidades, lugares del progreso, espacios donde se puede coincidir con todo tipo de personas, de diferentes regiones, países, culturas; el lugar donde se reúnen todos los actores que le dan vida al organismo vivo que es la urbanidad. No obstante, las ciudades también pueden ser crueles, despiadadas, decepcionantes, corruptas, e incluso disminuir nuestra expectativa de vida.
Las urbes pueden ser, por un lado, lugares desmesurados y pecaminosos; por otro, sitios civilizadores, creativos, libres… En la antigüedad, como ahora, las ciudades despertaban sentimientos disímiles: los romanos, por ejemplo, las amaban, mientras que el líder mongol Gengis Khan, como muchos tiranos, las odiaba[…] Las ciudades debilitan el espíritu del guerrero. Las ciudades matan al animal y dan vida al humano (Cervera,2022).
Actualmente, aún existe una migración masiva hacia las ciudades y se estima que será mucho mayor en el futuro. Pero ¿por qué pasa esto?, ¿es parte de nuestra naturaleza?, ¿por qué venimos a las ciudades?, ¿qué es lo que buscamos?
En respuesta, el autor plantea una interpretación diferente a la tradicional idea aristotélica de que “el ser humano es por naturaleza un animal político”: “podría ser que somos por naturaleza ‘un animal de ciudad’: tendemos a fusionarnos para satisfacer nuestras necesidades y dar forma a la cultura” (Cruciales, 2022).
En este sentido, al ser “animales sociales-de ciudad”, entendemos que los grandes cambios, innovaciones e ideas ocurren cuando las personas se agrupan, comparten e intercambian conocimientos, perspectivas, experiencias y visiones. Este intercambio se da de manera natural en las ciudades, donde el panorama es multifacético, multicultural, cosmopolita y diverso. No obstante, cuando se trata de temas bélicos, de salud —- como la pandemia— o ambientales, las ciudades son el peor lugar para vivir, ya que nos convertimos en carne de cañón, foco de enfermedades, en fin, en una masa vulnerable.
La urbanización ha sido muy beneficiosa para la humanidad en términos económicos, puesto que la densidad poblacional aumenta la productividad: las ciudades agrupan la mano de obra, atraen a los inversionistas, concentran el capital y otros recursos que contribuyen a la eficiencia y el crecimiento económicos. Muy posiblemente, las ciudades seguirán generando estos beneficios, al menos en el futuro cercano; como lo afirma el periodista argentino Marcelo Pissarro (2022), la economía global se mueve alrededor de unas pocas ciudades y de sus regiones: en 2025, 440 ciudades con una población total de 600 millones de habitantes, o sea el 7 por ciento de la población mundial, representarán la mitad del producto interno bruto del planeta, tal como ya sucede con San Pablo, Moscú y Johannesburgo, que producen por sí solas entre un tercio y la mitad de la riqueza total de sus respectivos países. Si Lagos, con el 10 por ciento de la población y el 60 por ciento de la riqueza de Nigeria, proclamara su independencia, se convertiría en el quinto país más rico de África (Pissarro, 2022).
A pesar de que el capital se concentre en ciertas ciudades, estas siguen siendo un referente de éxito económico, de oportunidades laborales e incluso de salarios más competitivos que las áreas rurales. De hecho, aun en las ciudades más sobrepobladas, siempre existirán más oportunidades en ellas que en el campo. En concordancia a lo anterior, Wilson afirma en “Metrópolis” (2022) que hasta los habitantes de las megaciudades saturadas ganan más, dan mejor educación a sus hijos y disfrutan de mayores comodidades que sus parientes de las zonas rurales.
La urbanización contribuyó a la innovación, ya que las ciudades se cimentaron como epicentros del conocimiento, la cultura y las ideas, provocando los grandes avances y trasformaciones culturales, sociales y económicas.
Esto, por supuesto, no es un tema nuevo: hace más de 8.000 años este fenómeno ocurría en las urbes primitivas, en las que ganó importancia el concepto de la plaza, que era el espacio diseñado para reunirse y compartir conocimiento, para debatir, intercambiar productos y compartir expresiones culturales.
Respecto a la importancia de la plaza en las ciudades, Martínez Caro y De las Rivas (1990) afirman que en las ciudades neolíticas, como Anatolia o Çatalhöyük, se disponía de plazas públicas para el intercambio de productos. Igualmente, en las ciudades de Egipto y Mesopotamia se edificaron plazas ceremoniales junto a grandes avenidas y salas hipóstilas para adorar a sus dioses.1Respecto a la importancia de la plaza en las ciudades, Martínez Caro y De las Rivas (1990) afirman que en las ciudades neolíticas, como Anatolia o Çatalhöyük, se disponía de plazas públicas para el intercambio de productos. Igualmente, en las ciudades de Egipto y Mesopotamia se edificaron plazas ceremoniales junto a grandes avenidas y salas hipóstilas para adorar a sus dioses.
Y no nos olvidemos de la histórica Ágora, la principal plaza de la gran Atenas, donde filósofos y sofistas se reunían para discutir sus diferentes percepciones de la vida.
Las grandes innovaciones a nivel cultural, artístico, tecnológico y comercial ocurren cuando las personas se reúnen y comparten conocimiento, colaboran y compiten entre sí, en búsqueda de progreso. Las ciudades son precisamente eso: imanes de talento, focos de ingenio, receptoras y emisoras de grandes cantidades de información, ideas y costumbres.
Por último, la urbanización ha sido un gran catalizador del intercambio cultural, ya que las ciudades actúan como lugares de encuentro de diferente culturas, razas y orígenes, lo cual ha cimentado muchas urbes sobre valores como la comprensión, la tolerancia y la apertura a la diversidad étnica.
Wilson (2022) nos da el ejemplo de Lisboa. A finales del siglo XV, era una ciudad diferente a cualquier otra urbe europea, ya que el 15% de la población estaba conformada por esclavos africanos, así mismo, había una importante comunidad musulmana y un gran número de comerciantes judíos, holandeses y alemanes, todos ellos inmensamente ricos.
Otro ejemplo de una metrópolis sociable es la Londres del siglo XVII. En ella, los salones de café daban motivo y lugar para los encuentros espontáneos, y sus calles presenciaban el trasegar de transeúntes de diferentes orígenes y destinos.
En la actualidad tenemos ciudades muy importantes para el sistema internacional, las cuales están habitadas por personas de diferentes etnias, religiones e ideas. Dentro de ellas se destacan Dubái, Nueva York, Toronto, Sídney y San Pablo.
La urbanización también ha generado problemas. Primero, la contaminación, dado que las ciudades consumen energía y recursos, lo que genera contaminación principalmente del agua y del aire, convirtiéndolas en focos de enfermades.
Sobre este impacto negativo de las ciudades, Wilson (2022) nos habla de las urbes industriales, que, a pesar de sus problemas de salubridad, atraían grupos enteros de población rural, los cuales iban en busca de oportunidades: “Los campesinos de la Irlanda del siglo XIX huyeron de la miseria y la hambruna para vivir en los terribles barrios bajos de Manchester y Chicago, arriesgándose a contraer el cólera y la fiebre tifoidea, sufriendo mil penurias, pero donde tenían la oportunidad de comer dos veces al día".
Así mismo, es fundamental reconocer que la urbanización ha dado lugar a la desigualdad, puesto que el rápido crecimiento urbano a menudo supera la capacidad de los gobiernos locales para proporcionar servicios básicos, lo cual resulta en disparidades en el acceso al agua potable, la educación y la atención médica.
ONU-Hábitat afirmó en un informe divulgado en 2017 que América Latina se convirtió en la región más urbanizada y desigual del mundo, y sus ciudades perpetuaron el modelo de inequidad nacido en la época colonial (El Tiempo, 2017).
La situación no es más esperanzadora en 2023, puesto que, con la puesta en marcha de la Nueva Agenda Urbana, han surgido nuevos desafíos en torno a este tema. Esta Agenda se presenta como una hoja de ruta ambiciosa para abordar los retos de la urbanización y construir ciudades más resilientes, inclusivas y sostenibles.
La Nueva Agenda Urbana establece objetivos y metas concretas para 2030, como garantizar el acceso a una vivienda adecuada y segura para todos, mejorar la accesibilidad y la movilidad urbana, reducir la contaminación, proteger el medio ambiente, promover la inclusión social y la participación ciudadana. Sin embargo, la implementación de esta Agenda enfrenta importantes obstáculos, como la falta de financiamiento, la debilidad institucional y la resistencia al cambio. Alcanzar estos objetivos requerirá un esfuerzo sostenido y un compromiso inquebrantable de todos los actores involucrados.
A esto se le suma el desplazamiento de las personas de bajos ingresos a las periferias y la competencia laboral que, de una u otra manera, segrega a las personas menos capacitadas para ciertas tareas, profundizando la inequidad.
Por último, la urbanización también puede ser un espacio más propicio para la violencia que las zonas rurales. Esto lo podemos reflejar en los conflictos bélicos, que se dan sobre todo en las ciudades, ya que son los lugares más estratégicos para generar más bajas y desmoralizar al enemigo. En la lógica de la guerra, atacar una ciudad, especialmente una principal, genera caos económico político y social. Esto no ocurre tan intensamente en la zona rural. Recordemos el episodio de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial: Hitler no solo buscaba capturar la ciudad, sino también devastarla y exterminarla, impulsado por sus objetivos políticos e ideológicos. Su deseo era tan profundo, que disfrutaba imaginando cómo los cielos se oscurecían y cómo millones de toneladas de bombas caían sobre la ciudad, dejando a las personas sumergidas en un mar de sangre. Su obsesión llegó al punto de que sus ojos casi parecían salirse de sus órbitas, transformándose en una persona completamente diferente (Metrópolis, 2022).
Las ciudades han sido el motor del progreso y la innovación a lo largo de la historia de la humanidad. Han sido el epicentro de las grandes ideas, los avances tecnológicos y las transformaciones culturales que han impulsado el desarrollo de nuestra civilización. Sin embargo, el crecimiento acelerado de las ciudades también ha traído consigo importantes desafíos como la contaminación, la desigualdad social y la violencia, los cuales deben ser abordados de manera urgente.
A pesar de estos obstáculos, es innegable que las ciudades siguen ocupando un lugar privilegiado en el sistema internacional, convirtiéndose en actores fundamentales en las relaciones internacionales. En este sentido, es crucial trabajar en pro de un desarrollo urbano más equitativo y sostenible, aprovechando los elementos en común para hacer frente a los desafíos que enfrentan nuestras ciudades, asegurando así que sigan siendo el mayor invento de la humanidad, impulsando nuestro avance como especie.
Boyle, D. (2023) Reseña: Metrópolis. Una historia de la ciudad, el mayor invento de la humanidad. Masticadores. https://masticadores.com/2023/01/17/resena-metropolis-una-historia-de-la-ciudad-el-mayor-invento-de-la-humanidad/
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Roxana Méndez
Egresada Gobierno y Relaciones Internacionales
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