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1 de junio de 2023

Europa: ¿tres crisis en una?

Europa vive tres crisis en una: la pandemia, los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, y la inflación galopante de los últimos meses (IMF-WEO, 2022). Guardando proporciones con la guerra entre Rusia y Ucrania, Colombia comparte una coyuntura similar con el Viejo Mundo. Los efectos de la pandemia aún no terminan, el monopolio de la violencia en entredicho y la inflación bordeando el piso de los dos dígitos. No sorprende entonces que tantos ciudadanos europeos como colombianos se hagan la misma pregunta: ¿se va a consolidar el proceso de recuperación iniciado en el año 2021 y qué tiempo nos puede tomar regresar a niveles prepandemia?

La historia nos dice que la recuperación depende del tipo de choques (crisis financiera, guerra, desastre natural, subida de precios del petróleo, pandemia, entre otras) y cómo se articula una respuesta para los efectos de corto y largo plazo (Reinhart & Rogoff, 2008). Cada crisis puede requerir una respuesta distinta, pero esta última debe calibrarse en el corto y largo plazo. El largo plazo depende de factores que varían lentamente, como la población o la estructura económica, entre otras. En contraste, el corto plazo depende del manejo de la política fiscal, monetaria y financiera. En lo fiscal es importante que sea contracíclico o, en otras palabras, austeridad en las buenas épocas y gasto del ahorro en las malas épocas. En lo monetario es importante calibrar la tasa de interés, considerando el nivel de la tasa de desempleo y su relación con la inflación. Es decir, a mayor empleo, mayor inflación y viceversa, como dice la curva de Philips. En lo financiero, es importante que el sector bancario tenga solidez y que la deuda pública tenga un duración de largo plazo.

Europa diversa

Si tomamos los 27 países de la Unión Europea, incluyendo los 19 que han adoptado el euro como su moneda, hay que reconocer la diversidad al interior del continente. Desde Colombia, siempre miramos a Europa como una unidad, y la generalización puede ser útil para resumir, pero no para entender qué países jalonan o influencian la recuperación de unos a expensas de otros. Por ejemplo, la crisis de deuda soberana de 2011 dejó en claro que algunos países del Sur de Europa no podían reducir la tasa de desempleo con los niveles de tasas de interés decretados desde el Banco Central Europeo. En contraste, Gran Bretana lo pudo hacer, ya que contaba con el control de su política monetaria y no sorprende entonces el éxodo de migrantes económicos desde Espana e Italia. Muchos ven ahí el detonante del Brexit (Thompson, 2018). Asimismo, hay que distinguir que Europa cuenta con un grupo de economías emergentes que no hacen parte de la Unión Europea, como Bielorusia, Rusia, Serbia, Turquía o Ucrania, que por su cercanía o su condición de exportadores de materias primas o energía juegan un rol crucial en el presente y futuro del continente.

Entendida la diversidad, es importante revisar las respuestas a las tres crisis mencionadas arriba. En lo que se refiere al Covid, es claro que Europa ha sido capaz de vacunar casi al 70% de la población y por ende los riesgos de mutaciones son menores (WHO, 2022). Asimismo, la recuperación del empleo en los sectores más golpeados por la pandemia fue rápida, y algunos apuntan que no hubo un cambio estructural en el mercado laboral (Giupponi m.fl., 2021). Es decir, los sectores con mayor potencial para teletrabajo no han contratado más ingenieros de software o abogados, sino que permitieron que la fuerza de trabajo adoptara una nueva modalidad de trabajo. En crisis anteriores, los sectores más golpeados, por ejemplo, manufactura, tomaban años en recuperarse. Este éxito entre demanda de empleo y fuerza de trabajo se debe en parte a la política pública adoptada en Europa que consistió en valorar la relación empleado-empresa antes que darle preponderancia solo al trabajador, como ocurrió en EE.UU., donde las empresas podían echar a la gente, y el gobierno daba un subsidio al desempleado de manera directa sin considerar la relación entre el empleado y la empresa. Europa, en contraste, apostó en mantener la relación empleado-empresa en funcionamiento mediante el aseguramiento y subsidio al empleo.

No sorprendió entonces que las proyecciones iniciales de crecimiento de Europa hablaran de más del 5% para el año 2022. Es decir, Europa experimentó el típico modelo de recuperación en forma de V. Estos modelos del Fondo Monetario Internacional muestran tasas positivas para el 2022 en ambos lados del Atlántico, pero estas descansan en los supuestos de que la guerra entre Rusia y Ucrania no va a escalar y por lo tanto el efecto inflacionario de los precios globales de alimentos y energía es transitorio (IMF-WEO, 2022). Ucrania y Rusia son proveedores de ambos, y tienen un peso importante en el comercio global de los mismos. Por ejemplo, Ucrania responde por el 40% de la oferta de fertilizante en el mundo. La escasez de fertilizante tiene un impacto sobre la producción agrícola a nivel global, pero en especial sobre los países de Europa central y del este que no hacen parte de las economías avanzadas del continente.

Datos recientes del Fondo Monetario Internacional informan que los alimentos corresponden a un dramático 25% del gasto de los hogares en esta franja de países de Europa central y oriental. Esto se traduce en inflaciones cercanas a dos dígitos, algo que Europa no ha vivido desde la década de los 80. Un impacto de esta magnitud en la canasta de consumo de los hogares afecta a estos países de manera desproporcionada y limita aún más el éxito de la lucha antiinflacionaria en la región.

La inflación se debe tomar en serio, no solo porque reduce el ingreso real y el consumo de los hogares menos favorecidos, sino porque encarece los insumos de producción y retarda la recuperación. Esta recuperación con empleo puede llevar la inflación a alzas mayores, y esto compromete la sostenibilidad de la deuda en Europa. Con la crisis del Covid, la mayoría de los países tuvieron un respuesta fiscal entre el 5% y 10% del PIB, y aumentaron su nivel de deuda (Dong m.fl., 2022). Por ejemplo, los países de la unión monetaria recibieron autorización para duplicar su nivel de relación deuda/PIB. Ahora bien, el control de la inflación, que ya venía afectado por las rupturas en las cadenas de valor durante el Covid, debe ahora subir tasas de interés y por ende aumentando el servicio de deuda cuando los gobiernos se ven obligados a seguir gastando para proteger la recuperación. No sorprende entonces que muchos hablen de estanflación. En principio, no tenía mucho eco esta idea porque la estanflación de los 70 venía de los altos precios del petróleo en su momento, y no era así para la pandemia, que trajo consigo un choque simultáneo de demanda y oferta a la vez. Pero la guerra de Ucrania y Rusia cambió este panorama al traer la disparada de los precios de energía y alimentos.  

La recuperación en forma de W

En medio de este panorama, el plan de recuperación de Europa continúa, pero el grueso de las medidas son de carácter nacional (Cifuentes-Faura, 2021). Entre un 5% y un 10% del PIB fue invertido en la recuperación de Europa. Además, los 27 miembros de la Unión Europea han venido desarrollando un plan en conjunto que dio fin a una década de austeridad, que llevó al fortalecimiento de populismos de derecha y un diezmado apoyo al trabajo de la Unión Europea (Bergmann, 2020). Este paquete de recuperación representa un 1% del PIB de la Unión Europea. Aunque parezca pequeño en términos del PIB total de la Unión, da muestras claras de solidaridad y unidad. Ambas estuvieron ausentes durante la crisis de deuda soberana del año 2011, la anexión de Crimea en 2014 y la crisis de refugiados en 2015. El plan cuenta con un componente de largo plazo (el presupuesto 2021-2027 por 1.200 billones de euros) y otro de corto plazo (el fondo de recuperación NextGenerationEU por 800 billones de euros).

Por otra parte, el plan devela los sectores económicos que serán cruciales para la recuperación: cambio climático, transformación digital, energía, transporte, salud y servicios financieros. Una agenda parecida podría tenerse en cuenta en Colombia, donde el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dependen del tipo de recuperación que se planee. Ante la ausencia de un paquete como el europeo, Colombia y América Latina y el Caribe, en general, deberían estudiar las alternativas de financiación como los bonos ODS (Cárdenas & Ayala, 2020). Es decir, el cumplimiento de nuestros objetivos ambientales debe desafiar la tradición colombiana de reprimarización y desindustrialización de las últimas décadas y de paso consolidar la recuperación.

Las proyecciones de crecimiento para Europa son del 1,6% para 2022 y 1,9% para 2023 (IMF-WEO, 2022). El dato es bajo, en parte porque Rusia y Ucrania hacen parte del estimativo. En ambos países, habrá una contracción económica del 9% para el primero y del 38% para el segundo. Sin embargo, no es clara la duración de esta guerra y, por ende, el pronóstico es negativo. Las economías avanzadas del continente esperan crecer entre el 1% y el 2% para 2023, pero los efectos de la guerra y su duración hacen cualquier pronóstico reservado. Es decir, Europa seguirá presa de la ola inflacionaria y todavía no es claro cómo se va a administrar una recuperación económica con altos precios de la energía para un invierno en ciernes. En suma, la recuperación en W es bastante probable.


Referencias

Bergmann, M. (2020). Europe’s Geopolitical Awakening: The Pandemic Rouses a Sleeping Giant. Foreign Affairs, 20(8).

Cárdenas, M., & Ayala, J. G. (2020). Planning a sustainable post-pandemic recovery in Latin America and the Caribbean. United Nations Development Programme: New York, NY, USA.

Cifuentes-Faura, J. (2021). Analysis of containment measures and economic policies arising from COVID-19 in the European Union. International Review of Applied Economics, 35(2), 242–255.

Dong, H., Tan, X., Cheng, S., & Liu, Y. (2022). COVID-19, recovery policies and the resilience of EU ETS. Economic Change and Restructuring, 1–27.

Giupponi, G., Landais, C., & Lapeyre, A. (2021). Should We Insure Workers or Jobs During Recessions? Online Appendix.

IMF-WEO, R. E. (2022). War Sets Back the European Recovery. Reginoal Economic Outlook, 33.

Reinhart, C. M., & Rogoff, K. S. (2008). This time is different: A panoramic view of eight centuries of financial crises. National Bureau of Economic Research.

Thompson, H. (2018). Broken Europe. Why the EU Is Stuck in Perpetual Crisis. Foreign Affairs, 10.

WHO (2022). Coronavirus disease (COVID-19): Situation report. Weekly Epidemiological Update and Weekly Operational Update. https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/situation-reports


Andrés F. Palacio
Docente investigador
Universidad de Lund (Suecia)
Universidad Externado de Colombia
andres.palacio@ekh.lu.se

ISSN ELECTRÓNICO: 2344-8431
ISSN IMPRESO: 0123-8779

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