Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales



Desinformación, negocio armamentístico y reconfiguración mundial: la justificación occidental del genocidio en Palestina

La cuestión palestina, que abarca casi un siglo de luchas y ocupa el lugar de un reiterado revisionismo en la agenda internacional, se presenta hoy como la causa última contra el colonialismo y el apartheid. Sin embargo, el apoyo irrestricto por parte de Estados Unidos al Estado de Israel, como el último bastión de su presencia logística, bélica y militar en Medio Oriente, en plena transición hacia un mundo multipolar, ha desencadenado la barbarie contra una población inerme que se resiste a desaparecer.

Porque en el fondo se trata de una tergiversación de todo el asunto. Porque siempre se espera que sean los palestinos los que se condenen a sí mismos [...] Usted nos trae aquí siempre que hay israelíes asesinados. ¿Me traen aquí cuando hay muchos palestinos en Cisjordania, más de 200 en los últimos meses? ¿Me invitan cuando hay tales provocaciones israelíes en Jerusalén y en otros lugares? Porque lo que los israelíes han visto, que empezamos diciendo que es trágico, las últimas 48 horas, los palestinos lo ven todos los días desde hace 50 años1.

Husam Zomlot, embajador de Palestina en Reino Unido (Middle East Monitor, 2023)

La cobertura internacional del genocidio palestino en los medios de comunicación hegemónicos ha vuelto a poner el foco de atención en la cuestión palestina. Sin embargo, lo ha hecho de forma irresponsable, tendenciosa e imprecisa al considerar el lanzamiento de la Operación Inundación Al-Aqsa por parte del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, el 7 de octubre de 2023, la reanudación del interminable conflicto israelí-palestino en el cual se han enfrentado dos estados simétricos. Además, como aseveró el embajador de Palestina en Reino Unido Husam Zomlot, la información difundida comenzó a circular en esos medios sólo cuando el estado sionista comenzó a verse “afectado” por los ataques de los denominados grupos terroristas, e ignoraron la interminable ocupación militar israelí sobre la totalidad del territorio de la Palestina histórica.

Según los medios de comunicación hegemónicos, la operación fue realizada de manera sorpresiva por lo que consiguieron superar a la capacitada inteligencia israelí. Nada se dijo sobre las numerosas violaciones al derecho internacional y los derechos humanos en los meses previos, lo cual de forma deliberada hizo recaer la responsabilidad de la situación a Hamás. Es decir, se utilizó lo mediático como para justificar la injustificada agresión israelí sobre la bloqueada Franja de Gaza al mercantilizar la idea de la lucha contra el terrorismo, en la cual las armas y las estrategias militares sobre el terreno están permitidas.

Además, en su presunta pretensión de objetividad informativa, los medios hegemónicos de comunicación han invitado a distintas personalidades israelíes y palestinas para conocer su postura frente a la situación en el territorio medio oriental. De esa manera, muestran a la audiencia su “adecuado” tratamiento de la información e invitan a su público a tomar posición. No obstante, ha sido muy evidente, que las personas entrevistadoras han condenado sin reservas la operación del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás y al mismo tiempo, han justificado el genocidio palestino perpetrado por el ejército de Israel, así como la participación estadounidense en el negocio armamentístico.

Nuestro objetivo en este trabajo es analizar la situación actual en Palestina e Israel desde el enfoque de la Historia y la Geopolítica, al considerar los intereses geopolíticos y geoestratégicos que han motivado el apoyo occidental liderado por Estados Unidos al ente colonial sionista en su operación militar sobre la Franja de Gaza, en particular el negocio armamentístico encaminado a preservar la ventaja militar cualitativa de Israel. La situación debe ser enmarcada en la reconfiguración del sistema mundial, de la unipolaridad a la multipolaridad, incluida la creación de un nuevo Medio Oriente, la articulación de acuerdos y alianzas y la aparición de distintos frentes de batalla en la denominada guerra total.

La segunda contienda mundial inició una serie de transformaciones en la geopolítica del momento, tipificadas por las nuevas estrategias expansionistas de Estados Unidos en la consecución por el poder hegemónico mundial. Medio Oriente y su recursos económicos petroleros se convirtió en una zona de control necesario dentro de esta nueva reconfiguración y daría lugar a una serie de estrategias militares, políticas y económicas. La industria armamentística se convierte entonces en uno de sus principales rubros de la producción industrial y fuente de ingresos de primer nivel. Tanto así que los grupos de lobby más influyentes de este país corresponden a este sector, ya que su exclusivo mercado genera ganancias por doble partida. Por un lado activando en otras regiones del mundo condiciones belicistas de distinta intensidad, y por el otro manteniendo alianzas exclusivas de producción y venta de armas. De forma tal que, las guerras han significado un gran negocio para los Estados Unidos, en el afán de mantener una hegemonía planetaria (Martinelli, 2022, p. 131).

En consonancia con lo mencionado, los conflictos bélicos, desde la posguerra hasta la actualidad, habrían constituido una de las bases de la economía mundial. Bajo la excusa de combatir al enemigo, Estados Unidos y sus aliados -Israel- se han encargado de financiar esos conflictos y mantener una economía de guerra controlada. No es un dato menor que uno de los sectores más competitivos de ambos estados sea la industria armamentística (Petras, 2007, p. 10). Por lo tanto, el negocio y la diplomacia de las armas constituyen uno de los ejes centrales para analizar cómo se han llevado a cabo las políticas imperialistas norteamericanas, en las regiones de Oriente Medio, teniendo al estado de Israel como principal aliado militar. La ofensiva israelí sobre Palestina, ha vuelto a poner en el centro de la escena las relaciones diplomáticas con Occidente. El interés norteamericano de mantener un satelite geopoltico en Medio Oriente, que a su vez garantice los intereses de Washington, subrayaría la importancia de Israel como socio excepcional de su política exterior en la región. De manera tal que, no es un dato menor que el comercio armamentístico sea uno de los puntos de conexión entre ambas partes. Prácticamente más de la mitad de los subsidios y ayuda militar estadounidense se dirigen hacia el estado israelí, en medio de las tensiones en territorio palestino. En menor medida se ubican países como Egipto, Jordania y Ucrania.

La exportación de armas norteamericanas constituye alrededor del 40 % del comercio mundial armamentístico, siendo Israel el principal beneficiado. Más aún, el financiamiento militar no solo está destinado a la compra de armas a Estados Unidos, sino también a la producción armamentística dentro del estado israelí. De forma tal que, este último se encuentra entre los diez principales exportadores de armas y tecnología de espionaje. Algunos de los destinos de esas exportaciones son: Estados Unidos, India y Filipinas. Además, se estima que Israel sea el único poseedor de armas nucleares y armamentos sofisticados en la región (Martinelli, 2022, p. 725). Si bien el uso de armas químicas estaría prohibido, diferentes países han optado por implementarlas en defensa de lo que se ha tendido a denominar como la guerra contra el terrorismo.

Desde Estados Unidos hasta Israel, con los ataques indiscriminados sobre la Franja de Gaza, se estima que han utilizado armas de fósforo blanco sobre áreas densamente pobladas. De esta manera, podríamos suponer que el gobierno estadounidense sea uno de los mayores proveedores de esta sustancia química, favoreciendo nuevamente al estado genocida de Israel desde la intervención de Gaza de 2009.

Sin embargo, la industria armamentística no es el único fuerte del sionismo, teniendo en cuenta el gran presupuesto orientado a la ciberseguridad. Por ejemplo, desde el inicio de la ofensiva sobre la Franja de Gaza, desencadenó una serie de ciberataques y hackeos, trasladando el conflicto al campo tecnológico. La potente industria informática y tecnológica se ha sumergido en la cuestión Palestina y en el interés del sionismo por avanzar en su política exterior. La implementación del software Pegasus, capaz de recopilar información, se ha convertido en una de las bases del sionismo. Numerosos ataques, a través de estas tecnologías de espionaje, sobre activistas palestinos ha sido una de las vertientes que ha tenido el conflicto a lo largo de estos años. Además, gran parte de la venta tecnológica y militar israelí la conecta con la Unión Europea, manteniendo al ente sionista en una posición dominante dentro del entramado de redes comerciales.

Siguiendo con nuestro razonamiento, podríamos suponer que hay un recrudecimiento de la maquinaria bélica del ente sionista, principalmente acompañado del apoyo comercial y armamentístico estadounidense. El genocidio hacia el pueblo palestino es el claro ejemplo de ello y de las políticas imperialistas norteamericanas, sumadas al rol cómplice de Israel. En este sentido, no solo estaríamos frente a un nuevo orden geopolítico, en el cual hay que replantearse la continuidad de las relaciones diplomáticas con el estado israelí, sino también frente a un conflicto híbrido y cibernético. Lo que se ha denominado como ciberespacio se va a posicionar como un nuevo frente de ataque. Aun así, más allá de los intereses políticos y geoeconómicos, estamos en presencia de un verdadero genocidio e infanticidio perpetrado por el poder sionista, en contribución a los intereses imperialistas norteamericanos.

El genocidio y la limpieza étnica de la población palestina han puesto en evidencia el doble rasero de los valores occidentales de libertad, democracia y justicia, los cuales sólo son aplicables cuando se ven afectados sus intereses geopolíticos y geoestratégicos en este mundo en transición. Al mismo tiempo, muestra la crisis de representatividad de los gobiernos a nivel mundial, los cuales han sido incapaces de responder a las demandas de la población movilizada en contra de la masacre y el castigo colectivo. En pocas palabras, la demanda de un cese al fuego definitivo y el final de la ocupación militar sionista se encuentra en las personas del mundo y no en las instituciones gubernamentales.

Por otra parte, la cuestión palestina constituye uno de los genocidios más largos de la historia y a lo largo de estos años se ha trasladado a nuevos frentes de ataque. No solo estamos frente a un conflicto armado, sino también económico, político, híbrido y tecnológico. Desde el uso de armas potentes hasta hackeos y censura a activistas y defensores de la causa palestina han caracterizado la política del poder sionista. Aun así, más allá de las lecturas que podemos hacer al respecto, lo que se está poniendo en juego son las vidas humanas de miles de palestinos en manos de los intereses imperialistas y co-imperialistas.

No sólo eso, también ha sido pronosticado que la actual situación en Gaza marcará un parteaguas en la lucha por los derechos humanos al contribuir a la definición de la legalidad-ilegalidad, la justicia-injusticia, la libertad-opresión, tal como sucedió con el llamado Holocausto en el siglo pasado (Traverso, 2023). Asimismo, la situación en Palestina es reflejo de lo que hemos sido como humanidad y un anticipo de lo que podría suceder, de hecho, sucede, en otras partes del mundo como en el Congo o en Sudán. La cuestión palestina que abarca casi un siglo de luchas y ocupa el lugar de un reiterado revisionismo en la agenda internacional, se presenta hoy como la causa última contra el colonialismo y el apartheid. Dos condiciones que en principio no deberían ser legitimadas por ningún estado occidental y con más veraz, como de hecho sucede, castigadas con el repudio mayoritario de la sociedad civil global.


Brzezinski, Z. (1998). El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos estratégicos. Barcelona. Paidós.

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Martinelli, M. A. (2022). Palestina (e Israel). Entre intifadas, revoluciones y resistencia. EdUNLu.

Martinelli, M. A. (14 de noviembre de 2023). Enzo Traverso y Martín Martinelli: Palestina e Israel, un debate necesario. Centro de Investigaciones de Política Internacional. Recuperado de: https://www.cipi.cu/enzo-traverso-y-martin-martinelli-palestina-e-israel-un-debate-necesario

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Pappe, I. (2008). La limpieza étnica de Palestina. Crítica.

Petras, J. (2007). El lobby pro-Israel y la política de Estados Unidos en Oriente Medio: el marcador del 2007. Red Voltaire. Recuperado de: https://www.voltairenet.org/article149413.html


Evelyn Russian
Profesora en Historia por la Universidad Nacional de Luján (UNLu); investigadora del Observatorio Geohistórico de la UNLu
russianevelyn@gmail.com

Isaac Martínez Monterrosas
Egresado de la licenciatura en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); investigador del Observatorio Geohistórico de la UNLu
isaacmonterrosas7@gmail.com

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