Hoy la humanidad enfrenta una amenaza existencial: la triple crisis planetaria, en la que coinciden el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y contaminación, nos ha mostrado de una forma cruda el límite de cualquier experiencia humana. Somos contingencia, parte de un ciclo vital de miles de años, que hemos alterado con la sobre explotación de recursos, mediada por nuestra ilusión de control y ambiciones sin límite.
Los eventos alrededor de la biodiversidad, desde la celebración cada mayo del día en que la recordamos, hasta las reuniones anuales de la COP del Convenio de Biodiversidad, nos llevan a reflexiones sobre el impacto de nuestras decisiones en la naturaleza. La extinción acelerada de miles de especies, la afectación a ecosistemas y la alteración de los ciclos naturales son la expresión de decisiones erróneas y egoístas y, a su vez, un llamado a replantearnos las formas de relacionarnos con nuestro entorno. Es, también, un llamado al uso de la imaginación y de la racionalidad para encontrar estrategias más sostenibles y responsables de cohabitar en el mundo.
Colombia está en el centro de estos fenómenos globales. Nuestro país es el segundo país con mayor biodiversidad del mundo: el primer país en aves, orquídeas y mariposas; el segundo en plantas y anfibios; el tercero en palmas y reptiles, y el sexto en mamíferos.
Los ecosistemas que vemos en nuestro país son solo una muestra de nuestra naturaleza abundante y diversa: desde los páramos, pasando por los bosques húmedos y secos, hasta llegar a la Orinoquía y nuestros largos litorales.
Todos estos ecosistemas son parte de nuestro espíritu nacional y determinan nuestra forma de relacionarnos con el mundo: la comida, los vestidos, la música y nuestros desarrollo económico y social. Al contrario del imaginario que presenta a Colombia como un país fragmentado por su geografía, nuestra diversidad biológica y ecosistémica debe ser considera como el núcleo de nuestra unión como país. Somos lo que somos porque somos naturaleza.
La preocupación por el desarrollo sostenible y responsable ha sido una constante de nuestra política exterior. Colombia ha promocionado las discusiones más importantes en estos temas durante las últimas décadas: estuvo representado por Margarita Marino en la Comisión Brundtland en 1984, lideró iniciativas en la Cumbre de Río de 1992 y, por supuesto, en esta Cancillería nació la propuesta de reemplazar los Objetivos de Desarrollo de Milenio por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2012. Colombia fue un actor principal en la definición de los 17 objetivos en 2015.
De igual manera, nuestro país ha sido muy activo en las últimas negociaciones sobre biodiversidad. Por ejemplo, en el nuevo marco global en biodiversidad de Kunming-Montreal, celebrado en el marco de la COP 15 en 2022, se alcanzaron compromisos para patrones sostenibles de producción y consumo, promover el crecimiento verde, incrementar la movilización de recursos para el financiamiento de iniciativas y prevenir la pérdida de conocimientos tradicionales son algunos de los puntos de nuestra posición país.
Colombia ha sido una voz activa, pragmática y consciente de su potencial en temas del medio ambiente.
El gobierno del presidente Gustavo Petro, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Relaciones Exteriores tienen claro que Colombia, como Potencia Mundial de la Vida, existe a través del uso estratégico y responsable de su megadiversidad. Colombia tiene todo el potencial para aumentar su capacidad de influencia en procesos globales que protejan los intereses y garanticen la satisfacción de necesidades internas de nuestro país.
La búsqueda de justicia social y ambiental, pilares del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, es un correlato de nuestra visión como país: el reconocimiento de nuestra potencialidad para fomentar estrategias de desarrollo territorial sostenible es primer paso hacia un modelo de desarrollo integral que permita el establecimiento de la paz total.
Nuestro país ha sabido reconocer su riqueza, su biodiversidad y su entorno desde sus primeros habitantes. Desde hace centenares de años, los pueblos ancestrales (indígenas, raizales, comunidades afrodescendientes) y campesinos han utilizado plantas, domesticado animales y cohabitado con miles de especies en ecosistemas tan diversos como la costa Caribe, el Pacífico, la Amazonia y el altiplano. Sus cosmovisiones, su capacidad de adaptación y el entendimiento de sus entornos naturales han influido, hasta el día de hoy, en las costumbres e idiosincrasia de los colombianos.
De igual manera, es importante tener presente que el conocimiento de nuestra naturaleza estuvo en el centro del proceso independentista: José Celestino Mutis marcaría no solo el carácter científico de criollos curiosos por reconocerse en su territorio (sin olvidar que utilizó y sistematizó también el conocimiento cientos de años de pueblos que habitaban nuestros territorios), sino que también iluminaría su consciencia con ideas de libertad, autodeterminación y gobierno propio.
Nuestra ilustración estuvo marcada por un entendimiento de nuestro entorno, de un conocimiento de nuestra potencia y una responsabilidad por darle un lugar a Colombia en el mundo.
Nuestro país estuvo en el camino del gran investigador Alexander Von Humbolt: un gran científico alemán, cuyo nombre es homenajeado por la institución que tiene como mandato la preservación de la biodiversidad y la divulgación de su riqueza alrededor del mundo.
Hoy, después de décadas de investigación, de intercambio con miles de científicos de cientos de países del mundo, de participar activamente en los principales debates medioambientales de nuestro tiempo, Colombia puede aportar su conocimiento, su saber hacer, sus experiencias y su vivencia propia al mundo. Colombia hoy puede aportar soluciones a la crisis existencial que enfrentamos como humanidad.
Sin embargo, reconocemos que no podemos solos. Necesitamos de la cooperación y el conocimiento de otros, del diálogo que resuena como una conversación entre Mutis, Humboldt y los miles de colombianas y colombianos dedicados a la ciencia y a la investigación.
Buscamos nuevas formas para encontrarnos en soluciones comunes, eficaces y sostenibles, que le den forma a un futuro del uso responsable de recursos, poniendo como prioridad el desarrollo económico y social de nuestras comunidades.
La convocatoria a la comunidad internacional, que incluye Estados, organizaciones e individuos, es a que se constituyan en nuestra red de amigos y aliados más cercanos, para trabajar conjuntamente en un espíritu de cooperación para el bien del planeta y la supervivencia de nuestras sociedades.
Extendemos la mano para construir redes y puentes, que nos ayuden a encontrar soluciones innovadoras y eficaces, y a construir una agenda positiva desde el papel activo de Colombia y su posicionamiento en el mundo actual, entre otros, en los siguientes temas:
El poeta nariñense Aurelio Arturo decía en 1945 que Colombia es el país donde el verde es de todos los colores. La invitación que hacemos es a que conjuntamente ampliemos la paleta de colores, proyectando vida y desarrollo.
Versión modificada y actualizada del discurso pronunciado en el evento de conmemoración del día de la biodiversidad, el 23 de mayo de 2022, en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En articulación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto Humboldt, en el Palacio de San Carlos se recrearon, a través de paisajes sonoros (fotografías y sonidos), ecosistemas como páramo, bosque húmedo, bosque seco tropical y Orinoquía. Este fue el primer evento de este tipo realizado en las instalaciones de Cancillería.
Embajador Francisco Jose Coy Granados
Viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia
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