El 7 de octubre del 2023, las Brigadas Ezzedine Al Qasam, brazo armado del grupo Hamás, ingresó al suelo israelí atacando a la población civil y asestando un golpe que, desde hace 50 años con la guerra de Yom Kippur, Israel no había vuelto a experimentar.
Como respuesta a este ataque, el gobierno de Benjamín Netanyahu declaró ese mismo día el estado de guerra, y el 9 de octubre lanzó una respuesta militar aérea para en semanas posteriores hacer una intervención terrestre que, hasta el momento, ha dejado más de 13 mil muertos. Así pues, esta situación abrió un nuevo capítulo de la ocupación israelí en territorio palestino y creó un escenario regional que sin duda alguna tendrá un efecto en la política internacional.
Este último ataque del grupo Hamás originó la respuesta desproporcionada de Israel, retaliación que transgrede el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y los Derechos Humanos (DD. HH.) frente al lente que muestra al mundo los asesinatos de manera directa e indiscriminada al pueblo civil palestino, ocasionando así, reacciones por parte de otros países árabes que solidifican las fracturas existentes en el escenario internacional.
Para comprender los impactos geopolíticos que este evento trajo al escenario regional e internacional, es necesario partir de la idea que el origen de este tipo de guerras calientes debe buscarse en las guerras frías (Waltz, 1988), las cuales se caracterizan, además, por nacer bajo las lógicas del imperialismo, el colonialismo y unas relaciones de poder que han favorecido principalmente a los países más poderosos de cada época, Europa desde el siglo XVI al XIX, o Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo. Entonces, puede decirse que, primero, la ocupación israelí se ha incrustado en las dinámicas de alta tensión para la política internacional porque es una región de alto interés para los países occidentales ya sea por sus recursos naturales, o por su posición geográfica; y segundo, esa relación de poder de unos Estados sobre otros está fundamentada sobre la construcción del ‘otro’, que es elemental porque en cierta manera justifica y mantiene las acciones hostiles hacia ciertos pueblos, como sucede con los árabes y los musulmanes (Esposito, 2002; Todorov, 2017; Sardar, 2004).
Con esto en mente, el grupo Hamás atacó a Israel con dos objetivos, a saber: primero, volver a ubicar en la palestra pública el tema de la ocupación israelí sobre el territorio palestino debido a que varios países árabes, por normalizar relaciones con Israel, sacrificaron la reivindicación palestina. Y segundo, generar un golpe a la reputación del ejército, la inteligencia, la psicología y el sistema disuasorio de Israel. Cada uno de estos propósitos se cumplieron, pues de nuevo la causa palestina estuvo en el centro de la agenda política internacional y le recordó al mundo las injusticias que el pueblo palestino vive desde 1948; además, los países árabes, de una manera u otra, rodearon a Palestina alejándose de Israel.
Ante esta situación, Israel se fijó como objetivos eliminar el movimiento Hamás y el terrorismo, lo que significa que cualquier alto al fuego con esta organización se consideraría como un fracaso para Tel Aviv, situación que sucedió con el alto al fuego e intercambio de rehenes de hace una semana. Es así como la respuesta desproporcionada de Israel contra el pueblo palestino, está generando el rechazo cada vez más aireado por parte del Sur Global; además, comprometió a sus aliados europeos y estadounidenses; debilitó su prestigio en el escenario internacional; no reestableció su capacidad disuasoria; y reforzó una división geopolítica entre el bloque euroasiático y atlantista.
Como se mencionó antes, la región del Medio Oriente es de suma importancia por sus recursos naturales y su posición geográfica y, en el caso de Palestina, esta cumple con esos dos criterios para convertirse en un valor estratégico para los cálculos racionales geopolíticos de las grandes potencias que, en muchas ocasiones, lastimosamente rebasan los criterios mínimos de la dignidad humana (Glover, 2022). Razón suficiente para que sea una situación con alto impacto en la política internacional.
Desde el año 2020, Estados Unidos ha desplegado un sinfín de esfuerzos para que los países árabes normalicen sus relaciones con Israel con dos propósitos principales. Primero, cercar e influir de nuevo la región de Medio Oriente a través de los cinco mares que la rodean, que son: el Mar Caspio, el Mar Rojo, el Mar Negro, el Mar Mediterráneo y el Golfo Pérsico, para ampliar sus alianzas en temas de seguridad. Y segundo, impulsar con mayor fuerza el Corredor Económico India- Oriente Medio – Europa (IMEC por sus siglas en inglés). Como resultado de este ejercicio surgieron en ese año los acuerdos de Abraham que fueron firmados por Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos, engavetando así la causa palestina.
En esa misma lógica, en 2023, Arabia Saudita también estaba en conversaciones para reestablecer relaciones con Israel. Para proceder con la normalización entre Riad y Tel Aviv, existían varias condiciones sobre la mesa de negociación, a saber: primero, se incluye el apoyo de Washington al programa nuclear civil saudí; segundo, se establecen una serie de compromisos de defensa estadounidense que incluyen garantías de seguridad y acceso a equipo militar avanzado; y tercero, buscó algunas concesiones de la parte israelí sobre la cuestión palestina, aunque esta última, el reino estaba dispuesto a desecharla en la medida que Israel y Estados Unidos dieran prioridad a las dos primeras. Sin embargo, en el contexto actual y por el castigo colectivo de Israel hacia la población civil palestina, a Riad le resulta imposible abandonar la tercera petición.
En cuanto al IMEC, este es un proyecto multimodal de conectividad que busca vincular el subcontinente indio con Europa a través del Golfo, por esa razón tanto para Estados Unidos como para Israel era de suma importancia reestablecer relaciones con los países árabes. Este corredor contempla dimensiones de infraestructura como redes ferroviarias, marítimas, digitales y financiera (Bhatt & Roychoudhury, 2023), y busca ser una alternativa, guardando sus proporciones porque hasta el momento no abarca otros continentes, a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Y a pesar de que el nuevo corredor es impulsado por India, para Europa y Estados Unidos se ha convertido en una ventaja porque es una herramienta que le permite a Occidente no solo influir en la región sino también fortalecer relaciones con India, a quien Washington le ha estado insistiendo ingresar a la OTAN Plus, que es un acuerdo de seguridad entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y cinco países alineados: Australia, Nueva Zelanda, Japón, Israel y Corea del Sur, pero que lo ha rechazado para no exacerbar relaciones con China.
Este eje está conformado por un grupo de países que desde hace años han forjado una ordenanza internacional con múltiples centros de poder. Por lo anterior, su principal objetivo es crear una gobernanza global basada en el respeto, la pluralidad y un relacionamiento político internacional incluyente, en el que se fortalezcan las nuevas y distintas opciones de intercomunicación comercial, y traten los asuntos internacionales desde un enfoque del diálogo. Con este enfoque, por ejemplo, es que China ha establecido que para que Medio Oriente exista bajo un contexto de paz, se ha involucrado activamente para la reconstrucción de Siria (France 24, 2023); la re-urbanizar de Iraq y Líbano; ayudó a reestablecer las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita ya que estos son dos países que compiten para posicionarse como potencias regionales (El País, 2023); y estuvo de acuerdo con ampliar el foro de los BRICS en los que se incluyeron naciones como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto, Etiopía y Argentina (Sguazzin & Cele, 2023).
En ese sentido, y con el propósito de cumplir con ese objetivo de gobernanza global, este eje considera que el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (CITNS) es de suma importancia ya que este facilita el comercio internacional y el movimiento de mercancías entre varios puertos de Europa y Asia a través de Rusia e Irán, ofreciendo una alternativa más económica y rápida que la del canal del Suez, y otra alternativa a la IMEC. Lo anterior, evidencia que la asociación estratégica Rusia, China e Irán marcada por una nueva gobernanza global le ha permitido interactuar con todos los actores regionales, incluidos los aliados claves de Estados Unidos en el Golfo Pérsico, y proponer nuevos procesos de relacionamiento para construir una nueva ordenanza. A esto se suma, que la solidaridad de los países árabes hacia el pueblo palestino y el enfilamiento en contra de Israel por sus acciones, que van en contravía del derecho internacional público, configuraría una oportunidad para crear nuevos lazos entre ellos y un propio espacio de intercambio con China para influir en los asuntos internacionales en estos momentos de transformación.
Así pues, llegado a este punto, a pesar del avance del corredor IMEC y del progreso de Israel con el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el mundo árabe y musulmán respaldado por Estados Unidos, el castigo colectivo de Israel hacia el pueblo inocente palestino hace que este proyecto y la normalización diplomática de Israel con los países de Medio Oriente se vean truncados. Además, la respuesta desproporcionada de Israel ha logrado que, primero, Turquía utilice el actual acontecimiento con Palestina para presionar internacionalmente a Tel Aviv porque este último firmó acuerdos limítrofes con Egipto y Líbano en el Mediterráneo Oriental sin tener en cuenta a Ankara, lo que ha llevado a azuzar un conflicto entre ambos países.
Segundo, Irán se ha vuelto más asertivo y ha logrado ganar la atención regional y global porque le ha permitido fortalecer el CITNS y presionar a occidente con la posibilidad de cerrar el estrecho de Ormuz, lo que tendría un impacto directo sobre el precio del barril de petróleo y la inflación global, dos situaciones que no le convendrían a Washington, por un lado, porque se encuentra en medio de unas elecciones presidenciales en las que el actual mandatario demócrata Joe Biden está en continua, y por lo tanto el conflicto energético se mantiene.
Con lo anterior en mente, sin duda alguna este nuevo episodio de la ocupación de Israel en suelo palestino tiene unos impactos considerables en el escenario global y más ahora que el mundo atraviesa por una transformación en su ordenanza, con actores que antes no tenían la capacidad para actuar, y con propósitos políticos y económicos claros que se diferencian de las lógicas de Occidente. En suma, el castigo colectivo israelí se ha convertido en un insumo para solidificar las fracturas del sistema internacional, y un aumento de consciencia de los pueblos del Sur Global que rechazan este tipo de acciones sin repercusión alguna por parte de las potencias de occidente.
Bhatt, Y., & Roychoudhury, J. (2023). India-Middle East-Europe Economic Corridor (IMEC). Bridging Economic and Digital Aspirations. King Abdullah Petroleum Studies and Research Center.
El País. (10 de Marzo de 2023). Irán y Arabia Saudí anuncian el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas tras años de enfrentamiento. https://elpais.com/internacional/2023-03-10/iran-y-arabia-saudi-anuncian-el-restablecimiento-de-sus-relaciones-diplomaticas-tras-anos-de-enfrentamiento.html.
Esposito, J. (2002). Unholy war. Terror in the name of islam. Oxford Press University.
France 24. (22 de Septiembre de 2023). En China, Xi Jiping y Bashar al-Assad anuncian una "asociación estratégica". https://www.france24.com/es/asia-pac%C3%ADfico/20230922-en-china-xi-jinping-y-bashar-al-assad-anuncian-una-asociaci%C3%B3n-estrat%C3%A9gica
Glover, J. (2022). Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del siglo XXI. Ediciones Cátedra.
Sardar, Z. (2004). Extraño Oriente. Historia de un prejuicio. Gedisa Editorial.
Sguazzin, A., & Cele, S. (20 de Julio de 2023). BRICS Expansion Plan Draws Interest From More Than 40 Nations. Bloomberg. https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-07-20/brics-expansion-plan-draws-interest-from-more-than-40-nations?utm_medium=cpc_search&utm_campaign=NB_ENG_DSAXX_DSAXXXXXXXXXX_EVG_XXXX_XXX_Y0469_EN_EN_X_BLOM_GO_SE_XXX_XXXXXXXXXX&gclid=EAIaIQobChMIjuSW_f2AgwMVm5taBR1TkgQrEAMYASAAEgINA_D_BwE&gclsrc=aw.ds
Todorov, T. (2017). El miedo a los bárbaros. Galaxia Gutenberg.
Waltz, K. (1988). Teoría de la política internacional. Grupo Editor Latinoamericano.
Manuel Rayran
Docente de Relaciones Internacionales
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia
manuel.rayran@uexternado.edu.co