Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales



Cali, ¡un acontecimiento mundial para afrontar el reto del siglo!

Preservar la biodiversidad, el reto del siglo. Lejos de ser sólo una cuestión para científicos, el colapso de la biodiversidad amenaza nuestra capacidad de alimentarnos, nuestra economía y nuestra salud. La biodiversidad sustenta todas las necesidades esenciales del ser humano: respirar, beber, comer, curarse, tener un techo, calentarse, inspirarse, aprender, etc.

Todos estos servicios los presta gratuitamente la naturaleza a través de la fotosíntesis, la polinización, la filtración y purificación del agua, la absorción de los choques climáticos y contribuciones intangibles como la simple belleza de los paisajes. Para hacer frente a este reto, nuestro objetivo común es claro: asumir un compromiso mayor y cada vez más concreto para proteger y restaurar esta biodiversidad. Este es el reto de la COP16 de Cali y el mensaje que Francia transmitirá junto a Colombia, en línea con nuestros propios compromisos nacionales y europeos, pero también en línea con la agenda de soluciones que Francia promueve a nivel internacional y que ya se está desplegando en Colombia a través de nuestro diálogo político y nuestras herramientas de cooperación.

Un marco global

El compromiso internacional de Francia para lograr un marco global ambicioso ha estado marcado por la formación de coaliciones de múltiples partes interesadas, gracias a la dinámica de las Cumbres One Planet organizadas por iniciativa del presidente de la República Francesa, en particular en la Cumbre “Un Planeta” para la Biodiversidad, de enero de 2021 en París, o en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), celebrado en Marsella en septiembre de ese mismo año.

En diciembre de 2022, Colombia y Francia desempeñaron un papel clave en la COP15 para la biodiversidad, contribuyendo a la adopción del Acuerdo de Kunming-Montreal, un marco mundial para hacer frente a todas las presiones que existen sobre la biodiversidad y así proteger y restaurar la naturaleza de aquí a 2030. En él, nuestros dos países defendieron y obtuvieron compromisos firmes: reducir a la mitad el riesgo global de los pesticidas; restaurar de aquí a 2030 el 30% de los ecosistemas terrestres y marinos degradados; proteger el 30% del territorio nacional, tanto terrestre como marino; reducir a la mitad el establecimiento de especies exóticas invasoras; y detener de aquí a 2050 la extinción de especies debida a las actividades humanas.

Este marco global también hace hincapié en la sobriedad en el uso de los recursos y espacios, la sinergia entre las políticas de biodiversidad y las de lucha contra el cambio climático, la integración de la biodiversidad en todas las políticas nacionales y locales, las medidas operacionales y concretas, apoyadas en el conocimiento científico y el principio de precaución, la coherencia y complementariedad con otras estrategias internacionales, europeas, nacionales y locales, y un sistema completo de dirección, seguimiento y evaluación transparente y pluralista, con indicadores pertinentes.

Estos avances son esenciales. Ahora debemos velar por que se apliquen plenamente. Esta es la ambición que Francia persigue a nivel local, tanto en Francia como en Colombia a través de algunos de sus programas de cooperación, pero también la ambición que perseguirá a nivel internacional, con la COP16 de Cali como horizonte, donde Francia respaldará decididamente a Colombia.

Acción local

Para contribuir a la aplicación del acuerdo de Kunming-Montreal y responder a la urgencia de frenar e invertir la erosión de la vida, Francia adoptó en noviembre de 2023 su Estrategia Nacional de Biodiversidad hasta 2030, cuyas medidas están en consonancia con los objetivos del marco mundial. Esta estrategia, que se basa en la noción de responsabilidad de la especie humana hacia el resto del mundo vivo y en el respeto de la biodiversidad, pretende reducir las presiones que existen sobre la biodiversidad e iniciar medidas para restaurarla, movilizando a todos los actores: Estado, colectividades, empresas, ciudadanos, asociaciones, comunidad investigadora, etc. Esta nueva estrategia marca un rumbo claro. Su objetivo es reducir las amenazas a la biodiversidad, proteger y restaurar los ecosistemas y provocar cambios profundos para invertir su declive.

Este compromiso nacional se extiende también a Colombia. La riqueza de la asociación franco-colombiana queda ilustrada por el aumento de la cooperación en respuesta a los desafíos globales, empezando por la lucha contra el calentamiento global y la protección de la biodiversidad. La transición ecológica es uno de los principales ámbitos de profundización de nuestras relaciones. Francia tiene mucho que ofrecer en este campo, no sólo en términos de acercamiento entre el mundo de la empresa y el de la investigación, sino también a través de programas concretos de cooperación al servicio de Colombia y de su población. Las cifras ilustran esta prioridad: Francia y Colombia editan cerca de 900 publicaciones científicas conjuntas al año, y la cooperación francesa, en particular a través del Grupo AFD1, ha comprometido cerca de 3.300 millones de euros desde 2009, lo que convierte a Colombia en el tercer socio mundial del Grupo AFD.

Francia es uno de los principales financiadores bilaterales de Colombia porque sus subvenciones le permiten desarrollar cooperaciones técnicas y científicas y responder a determinados desafíos prioritarios, en particular a favor de la protección de la biodiversidad y de la adaptación al cambio climático. Entre ellas, podemos citar la que condujo a la formulación de la estrategia de neutralidad de carbono para 2050. Sus objetivos están ahora consagrados en la ley colombiana de acción por el clima adoptada en 2021. Francia también ha desarrollado programas de investigación con varias universidades colombianas para evaluar el impacto económico y financiero a largo plazo de la transición energética y climática. Por último, está ayudando a poner en práctica estos ambiciosos compromisos sobre el terreno apoyando a varias ciudades y empresas públicas en sus trayectorias bajas en carbono.

Un eje central de la acción de Francia en Colombia es la financiación de proyectos emblemáticos dedicados a la conservación y restauración de ecosistemas estratégicos colombianos. Estos proyectos adoptan medidas concretas para limitar la pérdida de la selva amazónica, apoyar los derechos de las poblaciones indígenas y promover el ordenamiento del territorio, en particular a través de los proyectos regionales AmazonaVerde, TerrAmaz y TerrIndigena. También contribuyen a preservar otros ecosistemas estratégicos, como los páramos a través del proyecto Macizo Colombiano, y a apoyar a las poblaciones afrodescendientes en el uso sostenible de los bosques del Chocó a través del proyecto Unión Natural.

Todos estos proyectos son una expresión concreta del compromiso del gobierno francés con la preservación y restauración de la Amazonía, y contribuyen a proteger los ecosistemas locales y garantizar el desarrollo sostenible de sus territorios autóctonos. En línea con las peticiones expresadas por nuestros socios colombianos, la acción de Francia se dirige en particular a reforzar las capacidades de las autoridades y comunidades locales y autóctonas en materia de ordenamiento del territorio, seguimiento de la cubierta forestal y apoyo al desarrollo de la bioeconomía mediante el patrocinio a prácticas agrícolas y forestales sostenibles. La cooperación se centra en la lucha contra la deforestación, el apoyo a los productores, el apoyo a la agroecología, el fortalecimiento de las comunidades locales, la gobernanza local y el desarrollo de cadenas de valor, y se apoya en una amplia base de recursos técnicos y humanos, en una investigación científica reconocida y en la experiencia adquirida por Francia en sus territorios de ultramar en las Américas y el Caribe.

Una agenda de soluciones internacionales

A escala internacional, y con el fin de apoyar a los países en desarrollo, Francia duplicará su financiación bilateral para la biodiversidad hasta alcanzar los 1.000 millones de euros de aquí a 2025, al tiempo que trabajará para alinear su ayuda pública al desarrollo con los objetivos del marco mundial. Llevará a cabo una acción diplomática decidida para garantizar el cumplimiento de los objetivos de financiación internacional establecidos en el Acuerdo de Kunming-Montreal, y trabajará para movilizar a todos los financiadores internacionales, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo.

Francia está dispuesta a apoyar los esfuerzos de conservación y restauración de la biodiversidad en los países en desarrollo. Este apoyo se materializa en nuestro compromiso de movilizar más fondos y desarrollar soluciones innovadoras para la biodiversidad. Con sus 117 miembros, la Coalición de Gran Ambición para la Naturaleza y las Personas puede aportar su apoyo a la aplicación del objetivo de proteger el 30% de la tierra y el 30% del mar.

El papel de los países desarrollados en la aplicación del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal consiste, de hecho, en apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos por preservar y restaurar la biodiversidad. Para lograrlo, será necesario un aumento de la financiación dedicada a la biodiversidad, así como un mayor compromiso con las diversas iniciativas multilaterales que contribuyen a la consecución de los objetivos del Marco Mundial, incluidas las "Plataformas Nacionales para los Bosques, la Naturaleza y el Clima" y la Coalición de Alta Ambición para la Naturaleza y las Personas.

En Cali, animamos a todos los países a asumir compromisos ambiciosos para contribuir, a escala nacional, a la aplicación del marco mundial para la biodiversidad, movilizando a todos los actores de la sociedad. La actualización de las estrategias nacionales por parte de todos los Estados partes del Convenio será crucial para el éxito de la conferencia sobre biodiversidad COP16. Esta primera evaluación nos permitirá determinar si nos encontramos colectivamente en la trayectoria correcta para detener la pérdida de biodiversidad de aquí a 2030.

Esto también implica identificar mecanismos de gobernanza global para los desafíos más cruciales que deberemos enfrentar en los próximos años, dentro de los que el acceso al agua es uno de los más apremiantes. En este sentido, Francia y Kazajistán convocarán a una cumbre One Water durante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 2024.

Además, debemos hacer hincapié en crear la base de una “bioeconomía” que remunere los servicios provistos por la naturaleza, nuestra mejor tecnología para la captura de carbono a gran escala. Los países que tienen las reservas de carbono y biodiversidad más importantes, sobre todo en los tres principales bosques fluviales tropicales, deben obtener muchos más recursos (calculados para cada país por separado) a cambio de la custodia de estas reservas vitales. Francia lanzó tres contratos de este tipo en la COP28, con Papúa Nueva Guinea, la República del Congo y la República Democrática del Congo.2Además, debemos hacer hincapié en crear la base de una “bioeconomía” que remunere los servicios provistos por la naturaleza, nuestra mejor tecnología para la captura de carbono a gran escala. Los países que tienen las reservas de carbono y biodiversidad más importantes, sobre todo en los tres principales bosques fluviales tropicales, deben obtener muchos más recursos (calculados para cada país por separado) a cambio de la custodia de estas reservas vitales. Francia lanzó tres contratos de este tipo en la COP28, con Papúa Nueva Guinea, la República del Congo y la República Democrática del Congo.

Conjuntamente, es esencial una reforma del mercado de emisiones de carbono. Tenemos que crear un sistema internacional para el intercambio voluntario de créditos de carbono y biodiversidad entre actores gubernamentales y privados, con normas rigurosas que impidan el “ecopostureo”3 y permitan remunerar a las comunidades locales.

El océano es el sumidero de carbono más importante y debemos protegerlo. Francia y Costa Rica convocarán a la tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos, en Niza, en junio de 2025, con el objetivo de actualizar el derecho internacional, incluyendo la prohibición de la contaminación con plásticos y la protección de las aguas profundas y de los lechos marinos. Estas reformas también permitirán el desarrollo de estrategias nacionales para la protección de las áreas costeras en los países con zonas económicas exclusivas.

Finalmente, no habrá posibilidades de éxito sin una reforma del Banco Mundial y del FMI, que tienen un importante papel en la fijación de normas y en la financiación de la transición verde en el nivel global. Ochenta años después de su creación, estas instituciones todavía no cuentan con fondos suficientes en relación con el tamaño de la economía y población mundiales, y su modelo de gobernanza todavía excluye a los países emergentes y en desarrollo.

Pero no conseguiremos acordar objetivos y mecanismos de financiación hasta que todos los países que participan en las negociaciones lo hagan en condiciones de igualdad. Por eso debemos revisar el modelo de gobernanza del Acuerdo Bretton Woods y pedir a los países emergentes que asuman su cuota de responsabilidad en la financiación de los bienes públicos globales.

La promoción de enfoques comunes para aumentar iniciativas de canje de deuda por naturaleza constituye otro pilar fundamental de la agenda de soluciones apoyada por Francia. Este es el objetivo del grupo de expertos lanzado por Colombia, Kenia y Francia durante la COP28 y que tendrá las misiones de 1) revisar cómo la deuda que tienen los países evita que inviertan en acción climática y 2) qué mecanismos financieros pueden ayudar a que se les libere espacio fiscal para hacerlo.

Esta es la doctrina que Francia lidera a nivel internacional, a través del Pacto de París para los Pueblos y el Planeta y las cumbres One Planet. La piedra basal de nuestra estrategia debe ser acelerar la transición ecológica, así como la lucha contra la pobreza, ya que es evidente que ningún país ayudará a proteger el planeta si el costo de hacerlo deja a sus ciudadanos en un callejón socioeconómico sin salida.


Notas


Referencias

Rodríguez A., Mondaini A. y Hitschfeld M. (2017) Bioeconomía en América Latina y el Caribe. Contexto global y regional y perspectivas. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/fc7c806b-a4e2-4c22-b3a8-7f2f2df82d10/content


Autor

S.E. Frédéric Doré
Embajador de Francia en Colombia

ISSN ELECTRÓNICO: 2344-8431
ISSN IMPRESO: 0123-8779