Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Liber Abaci
10 de octubre de 2014

La transición económica del gigante asiático: «Hecho en China» vs «Creado en China»

En las tres últimas décadas ha proliferado información, tanto general como especializada, sobre los destinos de la economía del gigante asiático. Algunos analistas interpretan  ex ante los datos acerca del rumbo de las decisiones tomadas durante el último semestre de 2013, en particular sobre las reformas en la estructura de su aparato productivo y los ajustes de su política monetaria y financiera. En este texto se intentarán resumir, de manera general, algunas inferencias.

 La importancia de la economía china en la actualidad es incontrovertible, y no es para menos, pues en treinta años logró posicionarse como caso paradigmático de expansión y crecimiento. Hoy es la segunda economía del planeta y el primer acreedor de Estados Unidos. Aun así, China es todavía una economía emergente o en desarrollo, lo cual se evidencia en los desbalances sociales actuales y, además, es muestra de que todavía queda un largo camino por recorrer. Sumado a esto, se encuentra la particularidad política, social y cultural de país, que exige que cualquier análisis se lleve a cabo desde una perspectiva más amplia y de forma muy cuidadosa, para no malinterpretar los alcances y limitaciones del actuar chino en diferentes áreas.

La llamada economía de mercado socialista, semejante al régimen de un capitalismo de Estado, pero con las especificidades del gigante asiático que lo hacen un modelo único e irrepetible, conserva hasta hoy rasgos de una planificación económica altamente centralizada. Así lo constatan las reformas que comenzaron en 1979, lideradas por Deng Xiaoping, mediante las cuales se inició este acelerado crecimiento. Podríamos decir que desde la era de Deng, hasta incluso la era de Hu Jintao, el camino de la política macroeconómica ha estado claro: desarrollar de forma sectorial y planificada la reforma económica en diferentes niveles para consolidar el crecimiento económico y con esto el poderío nacional integral, bajo la tutoría y el constante control del Estado.

Como se puede apreciar en el gráfico 1 (Mihai, 2013), el crecimiento de China ha sido alto y sostenido desde entonces, y pese a que ha tenido altibajos correspondientes a los ciclos económicos internacionales, no existe otra economía que compita con estos logros. Si bien se puede recurrir a muchas explicaciones para entender el éxito que hasta hoy ha tenido su proceso tales como la distribución mundial de materias primas y mano de obra barata, al igual que la fuerte intervención estatal de un gobierno dirigido por el Partido Comunista, que tiene la fuerza y el liderazgo político necesarios para mantener un solo patrón de crecimiento, lo claro es que la composición económica mundial se ha visto alterada por este proceso. El progreso de China ha llevado al crecimiento de muchas economías ricas en materias primas (Conerly, 2014), en tanto que la economía mundial en general se ve altamente afectada por el destino de la economía del gigante asiático, como se puede apreciar a continuación.

Hecho en china Graficos Hecho en china Graficos2

Desaceleración económica y nuevas reformas

El crecimiento económico de China se ha basado en la atracción de inversión extranjera directa, lo que termina convirtiéndola en la gran fábrica del mundo. En consecuencia, hay un gran incremento en las exportaciones, con las cuales se logra la acumulación de divisas necesarias para invertir en el exterior y así conseguir los recursos necesarios para mantener el crecimiento.

Por otra parte, ha sido determinante el apoyo estatal a sectores considerados claves para el desarrollo y para robustecer el aparato productivo local. Actualmente, el consumo está superando a las exportaciones como factor fundamental. Este modelo siempre se entendió como una fase inicial para atraer divisas y para hacer transferencia de tecnología y del know how necesario para un desarrollo acelerado. De este modo, se haría la transición desde una producción intensiva en manufacturas, o el conocido «Made in China», hacia una economía fuerte en innovación, traducido al «Created in China». En el entretanto, se generarían los salarios correspondientes a una nueva división social del trabajo, se incrementaría la iniciativa privada en la conformación de nuevos mercados y se impulsaría la rotación de dinero que permitiría consolidar las clases media y alta.

Como se comentó anteriormente, desde Deng Xiaoping hasta Hu Jintao el camino estaba trazado con claridad, previendo en cualquier caso las disfuncionalidades del sistema capitalista característico de los países occidentales. Por ejemplo, se previó lo siguiente: la creciente desigualdad social, la alta dependencia de las exportaciones, los desbalances de la concentración de la riqueza y el desarrollo campo-ciudad y centro-periferia. A la par del crecimiento acelerado, se han materializado las consecuencias de su impacto en distintos frentes: el irreversible deterioro medioambiental, los elevados índices de corrupción, las burbujas hipotecarias producidas por la inflación en la urbanización, así como un manejo de créditos descontrolado que está generando las primeras quiebras en el sector privado (Avery, 2014).

La materialización de estos desbalances nos demuestra, como lo resalta Conerly (2014), que China no sólo comparte los mismos problemas que cualquier economía en desarrollo, sino que además su presencia augura medidas y reformas que generarán necesariamente más crecimiento.

Fue así como no se hizo esperar el anuncio de que el gobierno de Xi Jinping y Li Keqiang implementaría reformas tan importantes como las de 1979, con el fin de mantener un crecimiento sostenido. La determinación de llevarlas a cabo deja entrever que su aparato económico tiene la firmeza necesaria para evolucionar, a la vez que su puesta en marcha es un ejemplo de resiliencia y adaptabilidad. Estas características ya se habían visto reflejadas en la forma como China ha logrado sortear las diferentes crisis financieras mundiales, particularmente la del 2008 (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2014).

El 15 de noviembre del 2013, después de la Tercera Plenaria del gobierno, China dio a conocer el documento que consta de 60 puntos en el que se explican los ajustes a mediano y largo plazo que comenzarían a hacerse a partir de este año, con el propósito de mantener a su país en la senda de un desarrollo sostenido.

Cabría subrayar que el ajuste de mayor impacto, y que genera incertidumbre con efectos colaterales, es el paso gradual de un modelo económico totalmente guiado por el Estado, a un modelo mixto en el que el mercado haga la determinación de precios en espacios más amplios y fundamentales.

Otras reformas incluyen mayor laxitud en la política de control natal, la reforma al sistema de seguridad social y la mejora de las condiciones de los campesinos (Ranasinghe, 2013). En el aspecto financiero, los precios de la gasolina, el agua, la electricidad y otros recursos básicos los determinará el mercado, al tiempo en que Pekín acelerará el proceso de apertura de su cuenta de capitales con miras a una liberalización financiera, que permita la entrada de competidores internacionales al sector bancario, así como una competitividad mundial del yuan.

Tales reformas demuestran un drástico cambio, hasta el punto de que los analistas no son tan optimistas acerca de su correspondiente resultado. Es difícil de conseguir una economía de consumo al lado del monopolio del Partido Comunista (Yao, 2014), manteniendo el crecimiento económico sobre el 7 % de manera que no se vea sacrificado el empleo (Avery, 2014); por lo tanto, la velocidad y gradualidad con las que se lleven a cabo las reformas van a determinar su éxito o fracaso (Yao, 2014). Se ha hablado de un plazo hasta el 2020 para hacerlas efectivas.

La reacción internacional

Los analistas económicos entran al mundo de la especulación y de las predicciones sobre el rumbo que tomará la economía china. El hecho de que se proyectara un crecimiento del 7,3 % para el primer y el segundo trimestre del 2014, frente al 7,7 y 7,8 % de los últimos dos trimestres del 2013, llevó a los analistas a pensar que la confianza en el crecimiento de China decaería y que esto se reflejaría en la disminución de la inversión extranjera directa (Yan, 2014). Incluso en The Economist (2014) se publicó un artículo que destacaba que las condiciones de la competencia en China de empresas extranjeras vs. empresas nacionales, estaban haciendo muy difícil la entrada y permanencia de multinacionales. En otras palabras, entrar a China y prosperar ya no es tan fácil, pues la competencia con las compañías nacionales, así como una clase media más exigente en la demanda de productos atractivos a los chinos, hace que las empresas deban desarrollar un alto nivel de adaptabilidad, que antes no se requería. En tal sentido, China puede estar perdiendo su atractivo (The Economist, 25 de enero de 2014).

Pero en la realidad, el número de empresas extranjeras interesadas en invertir en China permanece alto. En enero de 2014, contrario a lo esperado, la inversión extranjera directa (IED) fue un 16,1 % mayor que la de enero de 2013. La mayoría de la IED estuvo dirigida al sector de servicios, por lo que la IED dirigida a manufacturas cayó en un 21,7 % (Yao, 2014). Esto refleja que la confianza internacional en el crecimiento de China permanece fuerte.

Así las cosas, el incremento en el sector de servicios y la disminución en el sector de manufacturas, junto con la alta competencia que tienen que enfrentar las empresas extranjeras en el mercado chino, evidencian una economía que ya no sólo es atractiva por el bajo costo de su mano de obra, sino por el mercado que ha consolidado y por la inversión en otros sectores de la economía. Esto significa que la transición del «Hecho en China» al «Creado en China» ya es un paso más, por lo menos a mediano plazo, hacia la sostenibilidad perdurable de su particular y exitoso modelo de crecimiento económico.

Referencias

Avery, N. (2014, febrero 17). China Record Credit Growth Boosts Outlook for Economy. Bloomberg News. Recuperado el 15 de marzo de 2014, http://www.bloomberg.com/news/2014-02-15/china-january-new-loans-aggregate-financing-exceed-estimates.html

China Contribution to Global Economy. (s. f.). Recuperado el 15 de marzo de 2014, de Starmass International: http://www.starmass.com/china-review/global-economy/contribution-global-economy.htm

Conerly, B. (2014, marzo 10). China Economic Forecast 2014 – 2015: Rocky Growth. Forbes. Recuperado el 15 de marzo de 2014, http://www.forbes.com/sites/billconerly/2014/03/10/china-economic-forecast-2014-2015-rocky-growth/

Mihai, R. (2013, diciembre 14). China Investing Opportunities for 2014 – Pros and Cons. Investazor.com Forex News and Analysis That Make the Difference. Disponible en http://investazor.com/2013/12/14/china-investing-opportunities-2014/

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]. (2014). Going for Growth 2014: China. Recuperado el 14 de marzo de 2014, de http://www.oecd.org/eco/growth/going-for-growth-2014-china.htm

Ranasinghe, D. (2013, noviembre 17). China’s Economic Reforms: What You Need to Know. Recuperado el 15 de Marzo de 2014, de CNBC: http://www.cnbc.com/id/101205322

The Economist (2014, enero 25). China loses its allure. The Economist. Recuperado el 22 de abril de 2014, de http://www.economist.com/news/leaders/21595001-life-getting-tougher-foreign-companies-those-want-stay-will-have-adjust-china.

Yan, S. (2014, abril 8). China’s economy losing steam. CNN Money. Recuperado el 22 de abril de 2014, de http://money.cnn.com/2014/04/08/news/economy/china-economy-survey/

Yao, K. (2014, febrero 18). China January foreign direct investment rises in sign of confidence. Reuters News. Recuperado el 14 de marzo de 2014, de http://www.reuters.com/article/2014/02/18/us-china-economy-fdi-idUSBREA1H02W20140218


 

Lina Luna
Docente investigadora
Facultad de Finanzas, Gobierno
y Relaciones Internacionales
CIPE
lina.luna@uexternado.edu.co

Revista Zero Impresa Edición 32
Primer semestre de 2014
ISSN electrónico: 2344-8431
ISSN impreso: 2344-8431

 

 

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