Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Imagomundi
27 de septiembre de 2014

La píldora mágica en India: ¿una cura para los problemas de salud?

Las condiciones climáticas, el crecimiento demográfico, el desempeño económico y la mejoría de los indicadores sociales son aspectos claves en la agenda gubernamental india. Su impacto en el desempeño del sistema de salud cumple un papel determinante y pone en la balanza soluciones alternativas para enfrentar los retos que se avecinan. En este contexto, el autor discute las ideas de Mahatma Gandhi y las medidas enfocadas en la prevención de enfermedades y la medicina tradicional.

La República de la India se encuentra geográficamente en el sur y el Sureste Asiático. Su posición en el mapa y los diversos climas a los que se asocia determinan en buena medida los retos que enfrenta la región en cuanto a políticas públicas en salud.

Para empezar, la región tropical del país está expuesta en forma constante al cruce de vientos entre los dos hemisferios, y al tratarse de un territorio particularmente extenso sus climas cambian a la par con los fenómenos meteorológicos. Mientras el oriente es desértico desierto de Thar, en el norte predominan los glaciares y la tundra alpina los Himalayas, las regiones del suroriente son tropicales y una gran parte de la región occidental es subtropical.

En consecuencia, a diferencia de otros países del mundo, en la India el invierno empieza en diciembre y termina en el mes de marzo; aunque el promedio de temperatura durante este lapso es de 10 a 15 °C, y en la medida en que nos acercamos a las regiones ecuatoriales, la temperatura promedio alcanza los 25 °C. Durante el verano, de abril a junio, la mayoría de las regiones experimenta temperaturas que oscilan entre 32 y 40 °C. A principios de junio tiene lugar la estación monzónica, cuya característica principal es la presencia de fuertes precipitaciones, sobre todo en la región del sur. Finalmente llega el otoño, durante los meses de octubre y noviembre, con predominio de cielos despejados y vientos fríos (De, Dube & Rao, 2005).

La cadena de causa-efecto parte entonces de unas complejas condiciones climáticas, con implicaciones en el desabastecimiento de alimentos en algunos periodos del año o la propagación de enfermedades tropicales durante las épocas de mayor precipitación, lo que a su vez incidirá en los indicadores de salud, por ejemplo en el incremento del número de contagios por diferentes tipos de enfermedades.

La relación entre medio ambiente y salud es una antigua preocupación política en la India. De hecho, el mismo Mahatma Gandhi se refirió en diversas oportunidades a la medicina en las políticas de salud en su país, consideraciones que se discutirán en el presente artículo. En este marco, nos preguntamos por los efectos de dichas políticas en la sociedad y de qué manera el momento actual, en materia de programas de salud en la India, incide en otros países de la región.

Visión de Mahatma Gandhi sobre la salud en la India

En su texto Hind Swaraj, Gandhi controvierte con los médicos y los paradigmas de la medicina. Para él, los procedimientos médicos practicados por las potencias europeas son una forma más de dominio, y por tanto, es preferible acudir a la medicina tradicional que a los «avances» de Europa. En la visión de Gandhi, la tarea principal de los médicos es deshacerse de cualquier enfermedad que deteriore la salud de los seres humanos y para ello deben valerse de medicinas que alivien los dolores. No obstante, afirma el autor, si se entiende la naturaleza de la enfermedad, se encontrará que su origen está en los hábitos de las personas. Para ilustrarlo, Gandhi pone el siguiente ejemplo: «How the deseases arise? Surely by our negligence or indulgence. I over-eat, I have indigestion. I go to the doctor, he gives me medicine, I am cured, I over-eat again, and I take his pills again» (Gandhi, 1909). En consecuencia, seguramente el cuerpo sentirá un alivio, pero al mismo tiempo la mente se volverá más débil.

La postura de Gandhi tiene una notable incidencia en las actuales políticas de salud en la República de la India. Para empezar, es preciso decir que desde 1995 en el Ministerio de Salud y Bienestar de la Familia existe un departamento encargado de planear y ejecutar políticas públicas en salud relacionadas con los sistemas tradicionales de medicina. Actualmente, es conocido como el Departamento de Ayurveda, Yoga y Neuropatía, Unani, Siddha y Homeopatía (Ayush, por su sigla en inglés).

De acuerdo con el Departamento de Ayush (2014), el ayurveda es concebido como la unión  del cuerpo, los sentidos, la mente y el alma. Para este sistema médico, el ser humano es un conglomerado de tres humores, siete tejidos básicos y los desperdicios del cuerpo (el excremento, la orina y el sudor). El conjunto de todos estos elementos constituye lo que los indios llaman «la matriz corporal». Se busca que la matriz corporal esté siempre balanceada; no obstante, el bienestar o decaimiento de dicha matriz depende de los alimentos que las personas ingieren pues son estos últimos los que se transforman en humores, tejidos y desperdicios.

La pérdida de equilibrio puede responder a distintas circunstancias como malos hábitos alimenticios, ejercicios mal realizados, la aplicación errática del sentido de los órganos y las acciones incompatibles entre el cuerpo y la mente. Una vez se presentan estas alteraciones, el objetivo principal del ayurveda es restaurar el equilibrio.

Por lo pronto, se infiere que tales sistemas tradicionales de medicina y especialmente el ayurveda fueron influidos por Gandhi, e incluso hoy el cuidado de los hábitos alimenticios es de vital importancia; por ejemplo, en situaciones en que las personas experimentan malestares estomacales se considera que ellos deben sufrir las consecuencias y posteriormente cambiar sus hábitos para que la mente se fortalezca y las enfermedades no se vuelvan a presentar.

 La actualidad de la salud en la India

Para tener una perspectiva general de la salud en la India, necesitamos contextualizar los aspectos económicos y políticos. Como advierte Lawrence Sáez (2007) en U.S Policy and Energy Security in South Asia, de acuerdo con los pronósticos realizados por la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, la India se convertirá en 2030 en el país más poblado del mundo. A esto se suma que el crecimiento económico de este gigante es notable en la región; en el año 2009, durante la crisis mundial, su PIB creció al 8,5  % y en 2010 esta cifra pasó a 10,5  % (Banco Mundial, 2013). Sin embargo, el progreso indio no se ha concentrado exclusivamente en el aspecto económico. De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 2013, publicado por el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la India durante el período 1980-2012 presentó sistemáticamente mejorías en el índice de desarrollo humano, pasando de 0,345 en 1980 a 0,554 en 2012.  Asimismo, de acuerdo con el Banco Mundial (2013), el gigante asiático registró 33,9 % en 2010 en términos del coeficiente de Gini.

Aunque la India crece y se avizoran oportunidades, la situación en términos de salud no es la mejor y tiene grandes problemas que sortear. De acuerdo con los Indicadores de Salud presentados por el Banco Mundial (2013), la situación del país muestra un lento progreso. Por ejemplo, según los datos reportados para el periodo 2009-2013, la India destina en promedio sólo un 3,9 % del total de su PIB hacia el sistema de salud, mientras Suecia destina el 9,4 % y la Unión Europea el 10,1 % en promedio.

De igual manera, mientras el gasto público en salud como porcentaje del gasto total en salud representa el 36,6 % en Bangladesh, el 83,9 % en Bután, y el 44,6 % en Sri Lanka, en la India representa el
31 %. En adición, la esperanza de vida es de 66 años, cifra que se encuentra por debajo del promedio mundial. En promedio para el periodo 2009-2013, sólo un 35,1 % de su población tuvo acceso a las instalaciones sanitarias, mientras que en países como Suecia, Finlandia y Noruega esta cifra llega al 100  % (Banco Mundial, 2013). En términos prácticos esto significa que en la India el 64,9 % de la población no cuenta con un acceso adecuado a instalaciones de desecho de excreciones que puedan evitar el contacto de los seres humanos con dichos desechos, lo que incide claramente en la propagación de enfermedades.

Así, de acuerdo con el informe Key Indicators for Asia and the Pacific (2013) elaborado por el Banco Asiático de Desarrollo, el progreso que refleja la India en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio es demasiado lento. Por ejemplo, en el objetivo número cuatro, que busca reducir la mortalidad infantil en 66,6 % para el periodo 1990-2015, el país sólo ha conseguido un progreso del 46 %, a sólo dos años de finalización del plazo y cuando muchos países de la región ya lograron el objetivo, como es el caso de Bangladesh, Singapur y Timor Oriental, entre otros. Cerramos esta breve panorámica del informe con la incidencia de tuberculosis, que a pesar de haber tenido una contracción importante aún registra un número de casos nuevos preocupante a la luz de los pronósticos de crecimiento poblacional  mencionados con anterioridad.

En este contexto, los planteamientos de Gandhi parecen vislumbrar algunas oportunidades por cuanto la presencia de un número importante de enfermedades, agudizadas por la cantidad poblacional, hacen de la prevención la estrategia primordial para contrarrestar su propagación. De allí que un aporte de capital de Gandhi sea precisamente la prevención, cuyo potencial radica en fortalecer la mente de la gente por medio de los buenos hábitos para evitar caer en enfermedades que pongan en peligro su vida y la de sus conciudadanos. En este punto hay que destacar el papel de la medicina ayurvédica.

Perspectivas regionales de la salud

De acuerdo con el Banco Asiático de Desarrollo (2013), la prevalencia de enfermedades como el VIH es aún preocupante. De los países de la región, tan sólo Camboya, Malasia, Tailandia y Birmania muestran un progreso significativo en la lucha contra dicha enfermedad, mientras que Indonesia, Laos y Vietnam no registran ningún progreso. Es más, en estos países de 2001 a 2011 la aparición de nuevos casos ha aumentado. En este contexto, la India es un país que vale la pena mencionar, pues de acuerdo con el Banco Mundial, para el periodo 2009-2013 en promedio sólo el 0,3 % de su población entre los 15 y 24 años presentó contagio de VIH. Tales indicadores son ejemplares, toda vez que, de acuerdo con los Key Indicators for Asia and the Pacific del Banco Asiático de Desarrollo (2013), para el año 2006 sólo el 19,9 % de las mujeres y el 36,1 % de los hombres en la India poseían un conocimiento adecuado en relación con el VIH.

En este orden, el informe revela que Malasia, Laos, Camboya, Indonesia, Birmania y Timor Oriental reportaron en 2010 más de mil casos de malaria por cada 100.000 habitantes, lo que los ubica en la peor posición, no sólo a escala regional sino continental.

En cuanto al cumplimiento de los Objetivos del Milenio, se puede observar que habrá muchos países rezagados. Por ejemplo, con respecto a la mortalidad infantil, sólo unos pocos han logrado cumplir el objetivo. Singapur, Tailandia y Malasia se encuentran muy cerca, pero Birmania, Vietnam, Camboya, Brunéi, Filipinas y la India reportan un progreso excesivamente lento.

En síntesis, el retraso de la región en temas de salud constituye cada vez más un punto álgido en las agendas gubernamentales. Existe una necesidad inminente de implementar políticas eficaces y eficientes que logren resolver los problemas de salud pública que se cuentan entre la lista de prioridades.

Relación de la India con la región

El panorama de la India y del Sureste Asiático en temas de salud es el de grandes brechas entre los países. Como se ha puesto en evidencia, casos como Malasia y Singapur revelan importantes avances, mientras que naciones como Birmania o Bangladesh se encuentran muy rezagados en sus sistemas de salud. El caso de la India es particular, pues si bien hay un esfuerzo gubernamental por fomentar la inversión en investigación y prevención de enfermedades, síntomas como el rezago en el acceso de las personas al sistema de salud o la erradicación de algunas enfermedades son prueba de un lento progreso.

Es prudente advertir que aquellos valores asiáticos definidos como «el conjunto de rasgos culturales propios de los pueblos de la región que conforman una entidad singular y particular» (Piovani y Baglioni, 2004, p. 34), que cumplen un papel determinante en la organización política y social de los países del Sureste Asiático, podrían confluir para mejorar la situación de salud en la región.

Como se ha demostrado en otros contextos, la región tiene la capacidad de sobreponerse a sus problemas en una estrategia conjunta. Tal es el caso de la Chiang Mai Initiative Multilateralization que, como sostiene Ciorciari (2011), pone en evidencia los lazos que unen a la región asiática e incluso logró constituir un organismo multilateral capaz de brindar rescates a las economías regionales.

Sin desconocer su importante papel, la labor de la Oficina Regional del Sureste Asiático de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es restringida y llama la atención sobre la necesidad de implementar nuevas estrategias. De la misma manera como Malasia decidió, ante las fallidas medidas fomentadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cambiar su estructura económica (Mahathir, 2001), la región del Sureste Asiático con la India como uno de sus líderes podría concentrarse menos en las medidas tradicionales para tratar los problemas de salud y fomentar medidas extremas, como cambios del paradigma en favor de la utilización de sistemas médicos tradicionales, capaces de resolver los problemas que afectan a la región actual. Como lo señala Mahathir (2001), la cuestión principal es si los países de la región permitirán que los gobierne un doctor con una sola píldora mágica. La respuesta, sin duda alguna, es «No».

Es tiempo de destacar los valores asiáticos con el fin de generar esfuerzos aunados, capaces de hacer frente a la grave situación que padecen hoy muchos de los sistemas de salud de las naciones de la región.

Los valores inculcados por Mahatma Gandhi respecto de la importancia del cuidado y la prevención de las enfermedades, al igual que la necesidad de fortalecer la mente, se erigen hoy en día como una oportunidad para encontrar soluciones a los problemas de salud que se presentan en la zona.

Dichos valores, que por supuesto constituyen parte de lo que se denomina valores asiáticos, podrían constituirse en el impulso que necesita la región para aunar esfuerzos y hacer frente a la situación.


Bibliografía

Asian Development Bank (2013) Key Indicators for Asia and the Pacific 2013. Filipinas.

Banco Mundial (2013) Indicadores del Banco Mundial. Crecimiento del PIB anual.

Banco Mundial (2013). Indicadores del Banco Mundial. Coeficiente de Gini.

Banco Mundial (2013). Indicadores del Banco Mundial. Indicadores de salud para la India.

Ciorciari, J. (2011). Chiang Mai Initiative Multilateralization. University of California Press.

De, U.S., Dube, R.K. & Rao, G.P. (2005). Extreme weather events over India in the last 100 years. J. Ind. Geophys. Union.

Gandhi, M. (1909). Hind Swaraj. Cambridge University, p. 61.

Mahathir, M. (2001). A New Deal for Asia. Pelanduk Publications, pp. 100-113.

Ministry of Health and Family Welfare (2014). Ayurveda. Department of Ayush. Recuperado de http://mohfw.nic.in/.

Piovani, J. & Baglioni, S. (2004). El Sureste Asiático, una visión contemporánea, p. 34.

Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre Desarrollo Humano 2013, p. 150.

Sáez, L. (2007). U.S Policy and Energy Security in South Asia. University of California Press.

 


Nicolás Franco Rubiano
Décimo semestre
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales
@nicolasfrancor
nicolas.franco.r@gmail.com

Revista Zero Impresa Edición 32
Primer semestre de 2014
ISSN electrónico: 2344-8431 
ISSN impreso: 2344-8431

 

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