Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Liber Abaci
4 de septiembre de 2015

La devaluación del peso y la crisis mundial

Colombia, después de padecer lo que se conoce comúnmente como la “Enfermedad  Holandesa”, sufrió un detrimento en los sectores que exportaban productos no petroleros, ya que el fortalecimiento que experimentó la moneda nacional frente al dólar desde el 2003 dio fuerza a las importaciones, debilitando así a las pequeñas y medianas empresas, desde familias que subsistían gracias a la venta diaria hasta empresas nacientes que fueron incapaces de competir con productos mas baratos provenientes de potencias mundiales como China y Estados Unidos, especialmente luego de la entrada en vigencia del TLC. La explosión de la crisis Americana en el  2008 reveló los puntos más débiles de la estructura política y económica de los países latinos y, en qué grado se encontraban  afectados por su dependencia del bienestar del país norteamericano.

Ahora, con la Reserva Federal de Estados Unidos a punto de hacer la primera alza de tasas desde el 2008, el deterioro de la actividad económica mundial  debido al mal desempeño de los países emergentes y a la caída en los precios de las materias primas, países como Colombia, ven en la devaluación una oportunidad para darle un nuevo impulso a las exportaciones, pero sucedió todo lo contrario.   Con la baja del precio del petróleo gracias al aumento de la oferta de barriles de este por parte de otros países exportadores del crudo como Irán y Estados Unidos[1], se desencadenó un aumento en el déficit de la balanza comercial, por la sobreoferta de petróleo en el mercado, y en la cuenta corriente del país ya que desestimuló la inversión extranjera y redujo considerablemente los ingresos por exportaciones al depender de los productos minero-energéticos, siendo el peso colombiano después del real brasileño, la moneda más devaluada entre las Latinoamericanas.   Comportamiento dolar

Hace un año la divisa norteamericana se cotizaba en $1.894,27, pero el pasado martes 18 de Agosto se convirtió en una fecha histórica siendo el día en el que por primera vez el peso colombiano sobrepasó la barrera de los $3.000 por USD$1. Sergio Olarte, director de Macro Research de BTG Pactual señaló que la devaluación  a la que ha llegado Colombia se debe a que el país se había atrasado en la depreciación. Por ello, la caída en los precios de las materias primas fue más lenta que en el resto de la región.  Las monedas de la región han venido depreciándose por la baja en los precios de las materias primas.  “La depreciación es una tendencia actual porque hay una aversión al riesgo importante en el mundo”, indicó.

Las deficiencias que tiene Colombia respecto a países de la región, tampoco lo ayudan a ser competitivo en el mercado mundial, entre estas se destacan la productividad laboral en las que solo supera a Brasil y a Bolivia; el desempeño logístico, que presenta un rezago importante al ocupar el puesto 97 en el mundo, según el índice del Banco Mundial; las falencias en infraestructura; las demoras en los trámites aduaneros y portuarios, la dependencia de las exportaciones del sector de hidrocarburos y los sobrecostos en las operaciones de comercio exterior.[2] Los representantes del gremio Analdex, que busca fomentar el comercio exterior, han pedido al gobierno la implementación de políticas agresivas que favorezcan el comercio en Colombia, que tengan coherencia y que vayan de acuerdo al contexto económico actual, ya que el alto precio del dólar no es suficiente para devolverle la vida al sector. También hablaron sobre la necesidad de minimizar los sobrecostos en el transporte y los trámites portuarios, por medio de la inversión en infraestructura, de manera que todo el conjunto sea realmente efectivo.

Mientras que en el panorama del comercio exterior todavía se debate sobre como se pueden aprovechar los efectos positivos de un dólar caro, los efectos negativos son una realidad no discutible, En el periodo entre enero y mayo del año corrido, las ventas externas de Colombia sumaron USD$16.020, representando una caída del 30% en comparación con el mismo periodo en el 2014. Del total de las exportaciones entre enero y mayo del presente año, USD9.136 millones fueron de hidrocarburos un 57% del total de las ventas externas.  Los productos tradicionales siguen teniendo una representación significativa en las ventas externas, el café sin tostar ni descafeinar con el 6,9%, seguido de las rosas frescas y demás flores, con el 2,6%; las bananas o plátanos  frescos, con el 2,3%; el oro en las demás formas en bruto, con el 2,1% y el ferroníquel, con el 1,3%[3].

En lo que va corrido del año, el peso ya se ha devaluado en un 55% frente al dólar, algo que eventualmente tendrá efectos visibles en el aumento de precios de ciertos productos ya que son costos extras que acarrean los productores y que poco a poco irán pasando a los consumidores para no presentar pérdidas.

La otra cara de la moneda

Por otro lado, es indiscutible que el alza del dólar si ha tenido efectos positivos sobre la economía colombiana. Sectores como el agropecuario esperaban este momento con ansias pues a causa de la revaluación casi constante que experimentó el país por mas de una década, el aumento de las importaciones los había perjudicado de sobremanera. Según el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, se está viendo en el mercado una nueva preferencia por los productos nacionales, lo que es bueno para la industria y el empleo. Coincidiendo con él, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, sostiene que las grandes superficies han visto como muchos productos importados se encarecieron hasta en un 30%, lo que las ha obligado a llamar a productores locales para abastecerse. Es de esperar que la sustitución de importaciones revitalice a las industrias y a los pequeños productores que habían estado perdiendo la batalla contra el dólar barato y los productos internacionales. El gremio de productores colombianos ha hablado sobre la diversificación de productos; Aurelio Iragorri Valencia, Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural afirma: “Lo que nos toca hacer ahora en la sembradera, es definir los productos que vamos a sembrar. No podemos seguir sembrando más de lo mismo, cuando hay sobre oferta o cuando no es negocio sembrar esos productos”.  Como una buena base para darle fuerza a la política que busca promover la sustitución de importaciones, sería viable comenzar a producir aquellos productos que Colombia está acostumbrada a importar, es un mercado explotable puesto que al encontrarse en el dilema entre escoger entre un producto importado caro y un producto nacional mas económico, es más probable que los consumidores se inclinen hacia el producto mas barato. Este comportamiento prometería ser el inicio del fortalecimiento y crecimiento de la industria nacional después de un largo periodo de estancamiento.

En cuanto al sector industrial colombiano, El Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo, PIPE 2.0. se pone en marcha con el fin de beneficiar a los empresarios que fabrican productos para exportar e impulsar así las ventas al exterior.[4] Según estimaciones de la cartera de Comercio, esta iniciativa del Gobierno les representará ahorros a los empresarios de $1,4 billones, facilitando sus negocios ante el incremento que supone la compra de insumos y bienes de capital en el exterior, por los precios del dólar.[5]

Saliendo un poco de las repercusiones que el alza del dólar representa en el ámbito macroeconómico, hay otros sectores que también sufren a causa del encarecimiento de la divisa. El hecho de que en este momento viajar a Estados Unidos o a Europa sea casi un 30% mas costoso de lo que lo era hace ocho meses, puede incentivar también el turismo nacional,  algo que también se podría considerar dentro del tema de sustitución de importaciones. Este tipo de sustitución en específico, puede despertar la economía turística en Colombia desencadenando un aumento en el empleo gracias a la mayor movilización de las personas a destinos dentro del país, incentivando al sector turístico a aprovechar esta nueva demanda y crear nuevos proyectos que logren mantener e incluso aumentar el flujo de viajeros a ciertos destinos dentro del país.

Conclusiones y propuestas

Teniendo una visión clara de la situación que se vive en el país gracias a las fluctuaciones recientes en el precio del dólar, cabe mencionar que es imprescindible que el gobierno continúe buscando fortalecer el sector productor y el exportador con políticas que incentiven la sustitución de importaciones y la reducción de costos para los exportadores, de manera que sea posible que los exportadores aprovechen el encarecimiento del dólar para alzar las cifras de las ventas externas que, en lo corrido del año han caído en aproximadamente en un 30%.  A pesar de que se tratará de mantener el dólar bajo el techo de los $3.200 por USD$1, es posible que el precio de la divisa sobrepase nuevos límites, sobretodo si continúan las presiones por los cambios en la política cometaria de Estados Unidos, cosa que generaría mas incertidumbre y por lo tanto un alza imparable de la divisa americana.


 

Referencias


 

[1] Irán oculta millones de Barriles en el mar. http://www.cnnexpansion.com

[2] Colombia y la urgencia por diversificar exportaciones. www.portafolio.co

[3] Colombia y la urgencia de diversificar exportaciones, www.portafolio.com

[4] Gobierno anuncia sustitución de importaciones y baja en aranceles ante los altos precios del dólar. www.bolsamania.com

[5] Los Efectos de un dólar caro. www.elespectador.com


María Victoria Sierra Reinoso
Egresada
Facultad de Economía
Universidad Externado de Colombia
maryvicky_14@hotmail.com

ISSN electrónico: 2344-8431
ISSN impreso: 2344-8431

 

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